Últimamente se escucha a mucha gente habar de su “coach” o decir que está haciendo un curso de “coaching”, pero es posible que el significado de estas palabras, aunque cada vez estén más en boga, todavía sea un misterio para muchos.
“Coach” es un término que en inglés significa entrenar y hasta hace poco más de una década se aplicaba únicamente al ámbito del deportivo. Desde allí, el concepto de entrenamiento como una línea de trabajo trazada con el fin de alcanzar una meta, se expandió por áreas muy diferentes, especialmente en el mundo empresarial, donde se implantó como una suerte de modelo de gestión orientado a conseguir mejores resultados por parte de los trabajadores de las empresas, tanto a nivel colectivo, como individual.
Su desarrollo ha sido meteórico; sus aplicaciones se encuentran en todos los campos imaginables y existen técnicas específicas diseñadas para muchos de ellos. Lo que al principio era un privilegio de los grandes empresarios, hoy está prácticamente al alcance de cualquiera. De hecho, la situación económica que atravesamos, ha impulsado notablemente la demanda de coachers; es el mejor momento para sacar la mejor versión de nosotros mismos y conseguir mejorar la situación en la que estamos. Parados y emprendedores lo tienen claro, como los directivos de muchas empresas que no dudan en contratar los servicios de estos entrenadores para ayudar a crecer a sus empleados y, de este modo, mejorar también su rendimiento en la empresa.
Para que, por tanto, que invertir algo tiempo libre en un coach parece una buena idea; otra opción es estudiar para convertirse en uno de ellos, cada vez son más las universidades que ofrecen una formación rigurosa en este sentido. Aunque no es oro todo lo que reluce, los detractores del coaching alegan que los resultados a largo plazo no son tan buenos como se espera, que hay mucha gente trabajando como coach sin la formación adecuada o que no a todas las personas les ayuda este tipo de motivación. Sea como fuere, sus premisas son interesantes: sacar lo mejor de uno mismo, virtudes que incluso se desconocen, ayudar focalizar objetivos y a alcanzarlos. Grandes promesas en tiempos críticos.
