Esta misma semana hemos hablado de que los mayores y las nuevas tecnologías no sólo no están reñidos, sino que, por el contrario, cada vez son más los seniors que se aventuran en universos tecnológicos antes desconocidos para ellos, sacando provecho de todo estos les ofrecen.
Los pensionistas -de entre 65 y 90 años- que se han apuntado a los talleres del Espai Social Sagrada Familia lo tienen muy claro. El aprendizaje no entiende de edades y los conocimientos y los trabajos que pueden llevar a cabo no sólo son beneficiosos para su crecimiento personal, pueden ayudar a otros.
Por eso, un total de doce mayores se han apuntado a un cursillo de tres meses en el que aprenderán nociones de grabación, edición de guiones y montaje de video. El objetivo de este taller es que todos los que participen sean capaces de contar “su historia” y, cuando finalicen las clases, hayan elaborado una cinta que podrá convertirse en todo un referente familiar, en la que se reflejen los orígenes, la infancia y las vivencias de estos audaces mayores.
La actividad forma parte de un proyecto creado por Fundació Aroa que, con el nombre “Savieses, càmera en mà” (sabidurías, cámara en mano), quiere dar un paso más en su lucha por prevenir los trastornos psicosociales de los mayores. No se trata sólo de que los mayores aprendan nuevas tecnologías; consiste en que salgan de casa, conozcan gente, se relacionen con otras personas. De esta forma se evita el aislamiento, mientras se estimulan sus dotes creativas y la capacidad de expresión. Clases de expresión corporal y de grabación con cámara de vídeo les ayudarán en este periplo que bien podría convertirse en una experiencia a imitar por otras asociaciones de mayores.
Y es que los seniors tienen mucho que decir y su trabajo durante estos talleres, sin duda, puede ser de gran valor no sólo para los jóvenes; también para otros mayores en su misma situación y, cómo no, para las generaciones venideras.
