Si te gustan las plantas pero no tienes tiempo para cuidarlas y se te acaban muriendo, esta es la solución perfecta. Basta con pintar algunas piedras que cojamos en el campo colocarlas sobre un tiesto lleno de tierra. El resultado será el mismo que si tuviéramos una planta de verdad, pero no tendremos que preocuparnos de regarla o de si se nos va a poner mustia cuando nos vamos de vacaciones.

Para darle un toque de color a nuestra cocina, solo tenemos que comprar pintura acrílica (o cualquier otra que sea resistente al agua) y con un pincel podemos dibujar tantas cosas como nuestra imaginación nos permita. Lo recomendable es pintar solo el palo de la cuchara de madera y no la parte que tiene contacto con la comida. El resultado será divertido y original.

Muchas veces tenemos en el armario ropa que no queremos tirar porque está nueva y, sin embargo, ha pasado de moda o ya no nos vale porque hemos cambiado de talla, ¡pues es el momento de darle utilidad! Si se nos da bien coser podemos crear unos originales cojines o almohadones que, seguro, darán un toque de color y fantasía a tu hogar.

Como ya sabéis la lejía quita el color a la ropa, y muchas veces, incluso hemos estropeado alguna prenda. Pero si la utilizamos con cuidado podemos hacer dibujos sobre, por ejemplo, un paño de cocina, un mantel o unas servilletas de tela. Te recomendamos que uses una goma de borrar para hacer un molde y la impregnes en lejía antes de ponerla sobre la tela, de este modo el resultado será perfecto.