Cuántos más años, más felices

Y no lo decimos sólo nosotros, sino también el psicólogo y autor del best seller ”Ser feliz en Alaska”, Rafael Santandreu, que fue entrevistado hace unos días en el programa Late Motiv de Movistar+ por el periodista Andreu Buenafuente.

El autor del tan vendido libro asegura que la gente tiende a pensar que los años más felices de nuestra vida son la niñez o la juventud y se asume que la edad madura o la vejez serán tiempos difíciles, mientras que la realidad es muy distinta.

Rafael Santandreu defiende su postura asegurando que ”si estás bien amueblado mentalmente, puedes ser cada año más feliz porque tienes más experiencia, sabes más cosas, aprendes a relativizar, te aíslas de los problemas y pierdes los complejos”

Los mayores sabemos disfrutar de la vida y de las pequeñas cosas, sabemos que lo material está muy bien, pero que la verdadera felicidad es la que nos da el abrazo de nuestros hijos, la compañía de nuestra pareja o nuestros amigos, ese viaje que siempre hemos querido hacer y para el que por fin tenemos fecha o esas clases de cocina que tanto nos gustan y nos entretienen.

El autor de ”Ser feliz en Alaska” dice que ”la fuente de la felicidad es pensar correctamente, tener pocas necesidades y valorar lo que tenemos, amar a los demás, ser generosos y ser conscientes de que el hecho de estar vivos ya es un milagro”, y es que muchas veces, nos exigimos a nosotros mismos y a los demás demasiado ”nos exigimos ser guapos, tener un buen trabajo, una buena casa, una familia, etc. y parece que si no tenemos todo esto, somos unos desgraciados (…) exigimos que todo funcione perfecto, sobre todo con nosotros, que el tren llegue puntual, que los políticos hagan todo perfecto” y no nos paramos a pensar que en la vida, la gente se equivoca, que hay que ir más despacio y disfrutar del camino.

Los mayores tenemos mucha experiencia y sabemos que estas palabras no son nuevas para nosotros. Los jóvenes, a veces, van muy deprisa, no se paran, no disfrutan. Para ser feliz hace falta muy poco, basta con sentirse bien con uno mismo, con ser buena persona, con ayudar a los que lo necesitan. Es sólo una palabra de cariño, un gesto, un saludo. No son las grandes acciones, las imposibles, las únicas que pueden hacer que seamos felices. Con los años también se aprende que la felicidad llega cuando la gente que te rodea es feliz, que el egoísmo no nos conduce a nada y que no hay mejor medicina en la vida que la sonrisa de los nuestros.

Si quieres, puedes ver la entrevista completa que el periodista Andreu Buenafuente le hace al psicólogo y autor del libro…

Foto: Google Imágenes

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