Correo seguro

Virus, spam, robos; los delitos informáticos que se llevan a cabo mediante la manipulación o el envío de correos maliciosos a nuestras cuentas electrónicas es mucho más extenso de lo que nos gustaría. A menudo, estamos pendientes de nuestras descargas y de hacer “una navegación segura” por la red; olvidándonos de que, a través del correo, también se filtran virus y se realizan multitud de estafas.

Por eso, hoy queremos ofreceros algunos consejos básicos para mantener vuestras cuentas de correo a salvo. No es tan difícil como parece y, sin embargo, a larga puede ahorrarnos muchos disgustos.

En primer lugar, es importante usar el sentido común y, a ser posible, tener instalado un buen anti-virus. Aunque creamos que nuestro correo está a salvo, lo cierto es que es difícil asegurarnos al cien por cien. Por eso, no es aconsejable mandar datos sensibles por mail, aunque estén dirigidos a alguien de total confianza.

Después, lo más básico de todo es elegir una buena contraseña. No es recomendable utilizar alguna que ya tengamos en uso en tiendas on-line o redes sociales, ni que haga alusión a alguna cuestión familiar de dominio público (fechas de nacimiento, nombre de los hijos). Lo mejor es que sea alfanumérica –que combine número y letras- y que tenga, por lo menos, ocho dígitos.

A la hora de manejar nuestras cuentas, tenemos que tener en cuenta que los mensajes que recibimos, aunque procedan de alguien conocido, pueden estar infectados. En ocasiones, las largas cadenas que circulan por la red pueden ser muy peligrosas, o bien porque nos invitan a que hagamos algo que puede ser perjudicial para nosotros, indicándonos que es absolutamente necesario que lo hagamos, o porque contienen archivos adjuntos –como presentaciones de power point- que pueden contener virus. Hay que tener también cuidado con las descargas; en algunos mails, aunque provengan de gente de confianza, se nos pide que descarguemos algún complemento para poder ver su contenido; al hacerlo podemos también descargarnos un virus.

Otra forma de infectarnos a través del correo es gracias al envío de links. Los hackers los utilizan para infectar el ordenador del dueño de la cuenta cuando pincha en el enlace. A veces nos conducen a falsas webs que imitan, por ejemplo, a las de nuestro banco, pidiéndonos nuestras contraseñas y robándonoslas si picamos (phishing).

Del mismo modo, aunque intentemos evitarlo, el spam puede seguir llegando a nuestra bandeja de entrada. Los correos desconocidos, como los clásicos de Viagra, es conveniente borrarlos directamente.

Finalmente, conviene no conectarse a redes de WIFI desconocidas o inseguras, ni entrar en el correo desde ordenadores públicos. En caso de que no haya otro remedio, no hay que olvidarse de cerrar la sesión y, a ser posible, de borrar el historial de navegación.

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