Pasados los 50, caminar no solo es bueno porque hagamos ejercicio, sino que además nos ayuda a ver la vida de otra manera. Para la mayoría de los médicos y especialistas en la materia, nuestro cerebro se vuelve más creativo y es capaz de alejar las depresiones y los estados de ánimo bajos gracias a esta actividad.
Caminar llega a utilizarse incluso como parte de algunas terapias para combatir los estados depresivos, la ansiedad o el estrés y, si encima podemos hacerlo en un entorno natural, los beneficios se multiplican.
Son muchos los neurólogos que aseguran que si camináramos un buen rato todos los días, nuestra memoria, nuestra capacidad de comprensión y, por supuesto, nuestras habilidades creativas, que en muchos casos vamos perdiendo con la edad, mejorarían considerablemente.
Es lógico, si tenemos en cuenta que mientras caminamos, nuestro cerebro se oxigena y elimina las preocupaciones, gracias a eso y a un estado de ánimo mejor también se estimula la creatividad y nos permite liberar endorfinas, por lo que nos sentimos más optimistas y con más ganas de hacer cosas.
Así que, si lo que quieres es un remedio natural que te ayude a ser feliz a la vez que te pones en forma, ¡no lo dudes: camina!
