En los últimos tiempos hablar de hambre ya no es hablar sólo de los países tercermundistas o de las zonas más deprimidas de las grandes urbes occidentales. En España ver a gente hurgando entre los contenedores de basura de supermercados en busca de algo que echarse a la boca es ya algo habitual, tanto que hace pocos días la imagen ha sido portada de uno de los diarios más prestigiosos de los EEUU, The New York Times como ilustración de un reportaje sobre la crisis que atraviesa nuestro país mientras el Presidente Mariano Rajoy intervenía en la Asamblea General de la ONU hablando de Gibraltar o el multilateralismo. Ya incluso muchos niños tienen una única comida al día (el 17,1% de los menores en España viven por debajo del umbral de la pobreza, una tasa que sitúa a nuestro país como el cuarto de la UE con la proporción más alta de niños pobres,por detrás de Rumanía, Letonia y Bulgaria).
Entretanto, comercios de alimentación y especialmente los supermercados se han de desprender de una gran cantidad de alimentos que no pueden vender por estar próxima o vencida la fecha de caducidad. De todos ellos, tan solo un 20% son entregados a alguna ONG o al Banco de Alimentos, y el 80% restante, se tiran a la basura de donde la recogen directamente las personas acuciadas por la necesidad. Para poder regular esta situación y evitar el riego que supone que esas personas se alimenten de alimentos caducados y en dudosas condiciones sanitarias desde la plataforma Change.Org se ha creado una petición ya supera las 88.500 firmas, para conseguir que todos los alimentos que se desechan diariamente se entreguen para la alimentación de los más desfavorecidos.
Frente a lo que pueda parecer, entregar los alimentos sobrantes no es tan sencillo, debido a que la ley obliga a que para ello, los pequeños supermercados dispongan de furgonetas con equipos de frío y conservación para llevar los productos a los Bancos de Alimentos. Lo mismo sucede con los restaurantes que tienen que tirar muchos alimentos excedentes de sus cocinas. Una ‘solución’ que han encontrado varias Asociaciones vecinales de Barcelona, Madrid y Bilbao es recoger los alimentos en los supermercados como si estuvieran haciendo la compra y cuando pasan por caja no pagan, repartiéndola entre familias sin recursos.
Pero el objetivo de la iniciativa de Change.Org es conseguir que se flexibilice la normativa para que todos los alimentos que se desechan al no poder donarse puedan ser aprovechados. Además el proyecto prevé la creación de un servicio de asistencia social que haga el seguimiento de los usuarios, a los que se garantizaría el anonimato. Para poder llevar a cabo la distribución de los alimentos se barajan diferentes opciones, como la de crear un servicio municipal o estatal de recogidasque hiciera una ruta para retirar los alimentos con fecha cercana de caducidad pero aún aptos para el consumo. Otra posibilidad sería la de acreditar a Asociaciones de vecinos y ONG para esta actividad.
También desde el Parlamento Europeo se ha iniciado una serie de acciones para evitar el desperdicio de alimentos y así, desde 2013 se revisarán los envases con el objeto de reducir el desperdicio a la mitad en el año 2025.
De momento hace unos días el Ministerio de Agricultura ha anunciado la puesta en marcha, través del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), de la segunda fase del Plan 2012 de ayuda alimentaria a las personas más necesitadas, que se desarrollará entre el 1 y el 19 de este mes de octubre, con el reparto gratuito de 28.249.293 kilos de alimentos entreleche, galletas y macarrones, además de otros productos como arroz, legumbres, aceite de oliva, tomate frito, conservas de pescado, verdura en conserva, fruta en conserva, cereales y potitos infantiles.
Aún con todo, seguro que se os ocurre algún otro medio de hacer llegar algunos alimentos a los más necesitados…
