Tiendas para descubrirse (y no)

Ya hemos puesto el acento alguna vez en esta prenda que un día fue el sine qua non de la elegancia y el complemento que no podía faltar en ninguna cabeza que se quisiera distinguida. Sin embargo, la liberalidad de las costumbres en la vestimenta de la segunda mitad del siglo XX lo fue arrinconando hasta convertirse en una especie de anacronismo. Sin embargo, un puñado de clásicos artesanos resistió en sus talleres y tiendas. Es a ellos a quienes hoy rendimos homenaje con esta lista de 4 grandes sombrererías.

Sombrerería Mil de Barcelona. Con permiso de Obach, que también se beneficia de uno de los enclaves más privilegiados de la ciudad, Mil es la “botiga de barrets” más clásica de la ciudad y también su actual decana. Instalada desde 1917 en la vecindad de la Plaça d’Urquinaona, sus antiguos cuarteles en el barrio del Raval se remontan a la mitad del siglo XIX. Legendarios productos de Borsalino, Stetson o casas catalanas como Graells copan sus estanterías. Y además, cuentan con un blog en el que nos informan de novedades o nos invitan a los paseos con sombrero que todos los años se celebran en la ciudad para promocionar su uso.

La favorita CB de Madrid. Como su vieja competidora Medrano, este comercio de la restauración ha tocado ya  las testas de los madrileños en tres siglos distintos. Boinas, sombreros de ala y, cómo no, auténticas parpusas de pata de gallo, conforman su oferta.  En plena Plaza Mayor, la atención siempre cortés de sus propietarios, cuarta generación que se dedica a la tarea, es otro aliciente para comprar en ella.

Sombrerería Maquedano de Sevilla. En una ciudad en la que el sombrero siempre ha contado con gran prédica, sean modelos frescos como los de paja y Panamá o los autóctonos sevillanos, Maquedano no ha cesado de abastecerlos durante más de un siglo en su hermosísimo  emplazamiento del número 40 de la Calle Sierpes. Una de las tiendas que dan al casco histórico de la capital andaluza su inconfundible carácter.

Sombrerería Gorostiaga de Bilbao. En la calle Víctor se halla la sombrerería por excelencia de Euskadi, con méritos añadidos como el de vender las txapelas más solicitadas por los adeptos a esta prenda. Además, Gorostiaga puede presumir de ser una de las tiendas más antiguas del ramo que hay en Europa, valor que de por sí ya merecería su inclusión en esta lista, dedicada a la exaltación de la resistencia y la perseverancia pese a la mudanza de los hábitos.

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