Territorio virgen

Aunque es la mayor isla del mundo, Groenlandia es también, probablemente, la menos visitada; y es que no puede decirse que este enorme territorio de cerca de 2.166.000 metros cuadrados pille, precisamente, a mano. Situada en el Nordeste de Canadá, entre el Océano Atlántico y el Océano Glacial Ártico, más del 80% de su territorio está cubierto de hielo, por lo que su población se reduce tan sólo a 80.970 habitantes; de entre los cuales algo más del 10% son de origen europeo (más concretamente, daneses, ya que la isla es un territorio autónomo perteneciente al Reino de Dinamarca), mientras que el resto son nativos de la raza inuit.

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Casi todos los viajeros que se atreven con un destino tan exótico como éste lo eligen por varias razones, de entre las cuales, la principal es la belleza de sus extraordinarios paisajes o los extraordinarios fenómenos  propios del norte del globo, como la aurora boreal; pero también lo hacen atraídos por conocer la cultura virgen de la isla, donde se aprecia un modo de vida que, verdaderamente, poco tiene que ver con el que se vive en Europa. Por eso, la mayoría de los viajes organizados con agencias especializadas se centran en ofrecer al turista la visita de algunos pueblos típicos del lugar; pero el plato fuerte de los recorridos lo conforman el senderismo y las rutas, donde las escarpadas montañas se alzan sobre verdes valles atravesados por glaciares.

Una de las aldeas más visitadas es Igaliku; sus casitas de piedra diseminadas sobre una verde llanura que tiene como telón de fondo un fiordo de color azul intenso la han convertido en la más famosas y, según dicen, es una fama muy merecida ya que, quienes han visitado estas lejanas tierras, la consideran una de las poblaciones más hermosas y con más encanto.
Otra visita imprescindible es la de la famosa Iglesia de Hvalsø, una construcción realizada por los vikingos que, allá por el siglo X, llegaron navegando hasta las costas de la gran isla. Muy cerca de allí parten algunas de las rutas favoritas de los amantes del senderismo, como la llamada “Senda de los reyes”, la caminata hasta el fiordo del glaciar Qooroq o la subida al monte Nuuluk.

Si quieres cambiar de aires y no te importa pasar un poco de frío; si eres amante del deporte y quieres disfrutar de la naturaleza en estado puro; no lo pienses más y reserva uno de los vuelos que, diariamente, te llevan desde Copenhague a esta fantástica tierra, donde el paisaje es un espectáculo inenarrable.

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