Terrazas del paraíso

Llega el buen tiempo y la fiebre por el aire libre. Lo más común y razonable que haremos la mayoría de nosotros será sentarnos a tomar una cerveza y unas tapas en la terraza del paseo más cercano a casa. Pero si recientemente te ha tocado la lotería o bien quieres desprenderte de tus ahorros porque tampoco estás muy seguro de que no acaben “intervenidos”, te proponemos aquí cuatro sitios en los que hacerlo con el boato (incluso un poco hortera) de la jet set internacional.

Billionaire de Porto Cervo

El nombre podría ser más sutil y elegante, pero sería difícil que contuviese mejor declaración de intenciones. Sobre los acantilados de Pevero, es el garito de referencia en la exclusiva Costa Esmeralda sarda, una especie de mundo aparte al que, para hacernos una idea, se retiraba Berlusconi cuando sus fiestas romanas no le parecían suficientemente amenas. Quizás el mejor indicador del tipo de gente que frecuenta esta villa reformada, con preciosos patios y azoteas, pérgolas y velos suavemente agitados por la brisa marina, sean los Ferraris que suelen aparcarse a su puerta. Eso quien no llega hasta allí en yate. En la barra, estupendos barman le sirven lo que se le antoje. Y sí, prepare la cartera para un temblor sísmico

Le Blue Gin de Montecarlo

Asomado al mediterráneo, tanto que uno siente que puede caerse dentro, la terraza de este bar, en el que también se puede jugar al billar o escuchar música, es difícil de explicar: hay que vivirla. Eso sí, como dice la prestigiosa guía Worldbestbars.com, los precios son “exactamente los que esperarías” en un sitio así en pleno Principado de Mónaco.

Ushuaïa Beach Hotel de Ibiza

El último gran tinglado abierto en Ibiza por Abel Matutes para millonarios rusos y de oriente medio es este club en el que uno puede repartir su tiempo entre la enorme piscina con plataformas móviles para gogos o los reservados y camas balinesas de tarifas prohibitivas. Entre tanto, se puede tomar una copita de Champagne a cifras obscenas de repetir o, si se liga, también hay la oportunidad de retirarse a alguna dels suites del hotel. Eso sí, si se elige la presidencial, prepara 2.000 Euros por noche.

Forbidenn Island de Alameda

Hacemos un poco de trampa, porque este auténtico templo hawaiano se lo puede permitir cualquiera con ganas de sentir el aroma de los más clásicos lounge polinesios de la era dorada de este tipo de locales. Pero aquí el lujo es el trasladarse a Bora-Bora sin salir de la bahía de San Francisco y moverse entre cascadas, cabañas de paja y cócteles vintage.

Vértigo Grill and Moon Bar de Bangkok

Esta es una terraza, en el sentido más estricto del término, porque está en la planta 60 del lujosísimo hotel Banyan Tree de Bangkok. Las vistas panorámicas, un amplio menú degustación o unos buenos cócteles y una puesta en escena de cuidado exostismo, con luz mortecina para no estropear el efecto nocturno, quizás justifiquen unos precios muy elevados para estándares tailandeses. Sin embargo, su inclusión en esta minilista tiene precisamente la intención de dar un poco de tregua a nuestros bolsillos: no habrá que rascárselos hasta las profundidades para gozar sus bondades.

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