Subida electrificante

De sopetón. Así ha sido la subida de las tarifas de luz y agua que ya están vigentes desde este domingo 1 de abril después de ser aprobadas en el Consejo de Ministros dos días antes y tras el anuncio hecho por el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria unas 48 horas antes, ‘empujado’ por, como explicaba, el hecho de tener que dar cumplimiento a un auto del Tribunal Supremo que obliga a repercutir en la tarifa eléctrica o en los costes de las empresas el haber superado el límite anual (de 1.500 millones de euros) de generación de déficit de tarifa, un exceso que no pagarán únicamente los usuarios, sino que también contribuirán los operadores del sector eléctrico y otra parte se cubrirá con las cuentas públicas, evitando que la subida de la factura fuese del 40% en lugar del 7% para el recibo de la luz de aquellos que tengan contratada la Tarifa de Último Recurso (TUR) y del 5% para el gas natural, además del incremento del 2,9% en el precio de la bombona de butano que se ha aprobado. De este modo se quiere empezar a suprimir de una forma definitiva los desajustes entre ingresos y costes del sistema eléctrico, que ha pasado de ser una consecuencia temporal a convertirse en un problema estructural.


 


Con esta nueva subida el recibo de la luz subirá una media de 5,18 euros, mientras que mensuales en los hogares con un equipamiento básico de cocina y calentador de agua la factura del gas natural subirá unos 10 y 30 euros al año y unos 30 en aquellos que además tengan calefacción, mientras que la bombona de butano sube hasta los 15,53 euros.


 


Si ya cualquier subida en los precios es especialmente dañina en estos tiempos de crisis económica y con una tasa de paro récord, el encarecimiento de estos dos productos básicos en cualquier hogar aún resulta mas sangrante, como se señala no sólo desde diferentes asociaciones de consumidores, sino desde la propia Cruz Roja que ha advertido que esta subida de precios se va a ver aumentada la denominada “pobreza energética”, fenómeno “sin visibilización social” que afecta especialmente a la población más vulnerable como los mayores y que se produce al coincidir tres factores: una renta baja, una mala calidad de la construcción de la vivienda y los altos precios de la energía.


 


Ante esta situación la gran mayoría debemos apretarnos el cinturón. Para ello, lo primero es tratar de consumir menos energía en nuestras casas y para ello tenemos la ayuda de varias páginas web que nos enseñan a hacer una estimación del gasto energético y a reducirlo para ahorrar dinero y además proteger el medio ambiente. Una de estas webs es Aprende cómo ahorrar energía: un portal que forma parte del plan nacional “Ahorra energía” del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, que depende del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio). Como parte de la iniciativa de la empresa ETRES Consultores, especializada en el sector de la rehabilitación energética, encontramos otra web, Ahorra tu energía. Por su parte, ENDESA cuenta con una comunidad web, Twenergy, con          diversos contenidos para fomentar el consumo responsable de la energía. Una de sus secciones es precisamente un test de eficiencia energética gratuito con el que sus usuarios aprenden a consumir energía de manera inteligente y a ahorrar en sus facturas.


 


A la hora de de tratar de reducir costes en las facturas de luz y agua también podemos revisar las tarifas contratadas y tratar de encontrar la que nos resulte más rentable, teniendo en cuenta qué potencia necesitamos según los electrodomésticos de los que dispongamos, si tenemos posibilidad de contratar una tarifa con discriminación horaria (que sustituye a la antigua tarifa nocturna) o si podemos acogernos al ‘bono social’.

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