“El envejecimiento de la población es uno de los grandes desafíos a los que Europa debe enfrentarse, junto con el cambio climático y la globalización”, ha asegurado recientemente en una conferencia de prensa Amelia Torres, portavoz de la Comisión Europea. Dicha preocupación se ha hecho especialmente patente a partir de los resultados del último estudio sobre la población de la Unión Europea realizado por la oficina de estadísticas Eurostat.
Y es que según dicha encuesta, en 2060 seremos 506 millones de habitantes en Europa, solo dos personas en edad de trabajar por cada persona de 65 años o más. En estos momentos, esa proporción es del doble, es decir, que hay cuatro personas en edad para trabajar por cada persona mayor de 65 años. En resumen: el sistema de pensiones se encuentra en grave peligro y eso contando con los inmigrantes que lleguen a los países europeos.
A este dato hay que añadirle que la población total en las 27 naciones que integran la UE alcanzará su máximo en el 2035 con 521 millones de habitantes, comparada con los 495 millones de enero de este año, con el número de fallecimientos superando los nacimientos a partir del 2015. Por tanto, el envejecimiento de una población que aumenta su esperanza de vida y la recesión de la natalidad debido a familias cada vez con menos miembros ya no es solo una teoría de largo alcance sino una realidad que estudiar y que debe comenzar a solucionarse desde ya.
Para la Comisión Europea estas soluciones pasan por aumentar las jornadas laborales y reformar el sistema provisional y el gasto de la asistencia médica para asegurar que sean sostenibles en el panorama que se nos presenta en unos años.
