Roperos secos y seguros

Una parte esencial a la hora de cuidar nuestro aspecto es la ropa. Quien más y quien menos tiene alguna prenda favorita y en general prestamos un cuidado especial a aquello con lo que nos vestimos: jabones, suavizantes, incluso aguas especiales para el planchado. Pero en ocasiones todo este ‘mimo’ con nuestra ropa se puede echar a perder si no cuidamos igualmente los armarios y cajones donde la guardamos.


 


Es frecuente en las casa más modernas en las que el espacio es más limitado, los armarios sean pequeños – y por tanto con poca ventilación- o que se haya optado por un armario empotrado. Ambos casos son situaciones perfectas para que se cree un espacio con humedad que a su vez provocará desconchones, manchas de humedad y hongos que acabarán dañando nuestra ropa.


 


Para poner fin a este problema y hacer de nuestros armarios un espacio adecuado hay que empezar por lo más obvio: ventilarlos de forma periódica. El siguiente paso será introducir un elemento capaz de absorber el exceso de humedad. Para ello podemos acudir a la tradición más popular y emplear el arroz, unos trozos de tiza o el carbón vegetal que pueden colocarse en los cajones, baldas o parte baja de los armarios y que habremos de cambiar periódicamente. Otra opción es decantarnos por un dispositivo antihumedad de tamaño medio o pequeño de los disponibles en el mercado.


 


En el caso de los armarios empotrados, la forma más efectiva de eliminar de ellos la humedad es aplicar en la zona de las paredes una mano de resina. El trabajo se puede rematar para mayor eficacia y duración forrando el interior con papel pintado antihumedad.


 


Antes de cualquiera de estas acciones deberemos asegurarnos de que no se ha instalado el moho. De ser así lavaremos las manchas con fungicida  o con un paño humedecido con una mezcla de agua y lejía. Siempre frotaremos de arriba hacia abajo, evitando así que la parte ya limpia se ensucie de nuevo o que las esporas del moho se esparzan. Una vez seco, se aplica una mano de resina o las recubriremos con un sellador.


 

El toque final lo podemos dar guardando entre la ropa unos saquitos perfumados, un popurrí seco a base de diferentes flores olorosas, hierbas aromáticas, especias, esencias que darán ese toque aromático y que podemos comprar o incluso hacer nosotros mismos.

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