Los estudios, el trabajo y la participación en proyectos de cooperación son las principales razones que han llevado a miles de españoles a emigrar, sobre todo a otros países de Europa, en la última década. No obstante, la mayoría de ese millón y medio de españoles repartidos por el mundo, emigraron, ellos o sus ascendientes, obligados por la situación política del país, la guerra civil, épocas de hambre y escasez de empleo.
Independientemente de los motivos, estas personas, cuyos derechos están protegidos por el Estatuto de la Ciudadanía Española en el Exterior, mantienen lazos familiares o afectivos que, sobre todo en los últimos años, se traducen en su retorno. Tan sólo en 2005, volvieron a España 38.321 personas, procedentes en su mayoría de América Latina; Argentina, México, Venezuela y Brasil.
El perfil mayoritario de los que decidieron regresar está siendo el de seniors jubilados que, tras finalizar su vida laboral, resolvieron volver a sus orígenes. En este sentido, hace unos meses se puso en marcha la Oficina Española del Retorno (OER), con el objetivo de facilitar esta vuelta, a menudo retrasada por las dificultades económicas y burocráticas. La función de la OER es informar sobre las gestiones y documentos que se requieren para tramitar el regreso y tratar de reducir los tiempos.
Sin embargo, una vez en España, estas personas, que han vivido incluso décadas alejados de la vida diaria y cambios del país, encuentran demasiadas dificultades para reintegrarse. A muchos les esperan familiares y otros vienen con ellos, por eso, la nueva oficina pretende ayudar, también, a esa integración laboral y social de los emigrantes teniendo en cuenta la región en la que se establezcan y priorizando las situaciones personales especiales.
