La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado Reclamar es fácil, una sencilla guía que muestra a los consumidores cómo pueden defender y hacer valer sus derechos en compras, servicios o vivienda. Durante 2008, la OCU recibió 270.507 consultas y reclamaciones, un 7,8% más de las recibidas en 2007. De entre los principales motivos de reclamación destacan la telefonía fija y móvil, con un 11% sobre el total de reclamaciones, la vivienda con un 10,12% y las entidades financieras con un 7,6%. Unos datos que ponen de relieve la necesidad de estar informados para poder ejercer y reclamar nuestros derechos como consumidores.
Esta semana te ofrecemos una serie de directrices que debes conocer a la hora de reclamar cuando se produce un conflicto con los empresarios en la adquisición de un producto o servicio. En primer lugar, una reclamación debe ser siempre de un consumidor o usuario frente a un empresario dentro de una relación de consumo por un hecho concreto para que la administración competente aporte una solución al conflicto planteado y en su caso una compensación.
Cualquier persona independientemente de su nacionalidad o zona de residencia que adquiera productos o servicios para su uso personal o familiar puede reclamar. Existen diferentes vías para defender nuestros derechos de usuarios y restablecer nuestros intereses lesionados, una de ellas, la más ágil en cuanto a tramitación, son las hojas de reclamación. Todas las personas físicas o jurídicas titulares de establecimientos que comercialicen bienes o presten servicios, exceptuando los centros o establecimientos de titularidad pública, deben contar con hojas de reclamación que incluyan todos los datos correspondientes a la identificación de la entidad reclamada.
El consumidor debe incluir en el impreso su nombre, apellidos, domicilio, número del documento nacional de identidad o pasaporte, una descripción breve de los hechos que motivan la reclamación indicando la fecha en la que ocurrieron; el objetivo de la reclamación y si se desea que sea resuelta a través del Sistema Arbitral de Consumo. Adjunto a la hoja de reclamación se deben entregar todas las pruebas o documentos que se consideren necesarios para una mejor valoración de los hechos y, en especial, la factura cuando se trate de una reclamación sobre el precio. Una vez completado, se puede presentar en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor o en las Asociaciones de Consumidores y Usuarios.
Esta semana te ofrecemos una serie de directrices que debes conocer a la hora de reclamar cuando se produce un conflicto con los empresarios en la adquisición de un producto o servicio. En primer lugar, una reclamación debe ser siempre de un consumidor o usuario frente a un empresario dentro de una relación de consumo por un hecho concreto para que la administración competente aporte una solución al conflicto planteado y en su caso una compensación.
Cualquier persona independientemente de su nacionalidad o zona de residencia que adquiera productos o servicios para su uso personal o familiar puede reclamar. Existen diferentes vías para defender nuestros derechos de usuarios y restablecer nuestros intereses lesionados, una de ellas, la más ágil en cuanto a tramitación, son las hojas de reclamación. Todas las personas físicas o jurídicas titulares de establecimientos que comercialicen bienes o presten servicios, exceptuando los centros o establecimientos de titularidad pública, deben contar con hojas de reclamación que incluyan todos los datos correspondientes a la identificación de la entidad reclamada.
El consumidor debe incluir en el impreso su nombre, apellidos, domicilio, número del documento nacional de identidad o pasaporte, una descripción breve de los hechos que motivan la reclamación indicando la fecha en la que ocurrieron; el objetivo de la reclamación y si se desea que sea resuelta a través del Sistema Arbitral de Consumo. Adjunto a la hoja de reclamación se deben entregar todas las pruebas o documentos que se consideren necesarios para una mejor valoración de los hechos y, en especial, la factura cuando se trate de una reclamación sobre el precio. Una vez completado, se puede presentar en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor o en las Asociaciones de Consumidores y Usuarios.
