Oriente llega a nuestra mesa

Asia está de moda, también en la cocina. Cuando hablamos de dieta Oriental hay que tener en cuenta que engloba elementos propios de la cocina china, japonesa, india y tailandesa, que tienen en común el bajo contenido graso y el predominio de vegetales en sus platos. Si bien las claves de esta dieta son las legumbres, el arroz, poca carne, poco dulce y muchas verduras, cada cultura asiática va a aportar sus rasgos propios, como el sushi, fundamental en la cocina japonesa, o el té verde y los mariscos, en la comida cantonesa clásica de China, o los granos y las especias en la India.

El sushi es quizá uno de los platos más conocidos de esta gastronomía y, además, muy fácil y cómodo de preparar. Así que si te decides a incorporar a tu cocina algunos platos orientales, este es un indispensable. Los ingredientes que vamos a necesitar son: arroz blanco (que debemos cocer hasta que quede pastoso), una hoja de alga Nori, wasabi (salsa de rábano picante) y pescado crudo (salmón o atún).

Una vez hecho el arroz, tostamos un poco la hoja de Nori y la colocamos sobre una esterilla enrollable de bambú o, en su lugar, un paño de cocina. Después, extendemos el arroz hasta cubrir dos terceras partes del alga, untamos la arte superior de la capa de arroz y en el centro el pescado crudo. La parte más delicada a la hora de preparar el sushi es enrollarlo; debemos hacerlo despacio pero con energía para que quede compacto y antes de cerrarlo del todo, en la parte que no tiene arroz echamos unas gotitas de agua para sellarlo. Ya sólo nos quedará cortar el cilindro de suchi en pequeños trozos y al plato.

A pesar de que en Occidente no hemos logrado adaptar fielmente la cocina Oriental, sobre todo en lo que se refiere al bajo contenido graso, no es difícil que lo intentemos en casa; por ejemplo, con unos rollitos de primavera, de lo más típico en la cocina china. Los ingredientes que utilizaremos serán 100 gr. de harina, un huevo, tres cebollas picadas, 225 gr. de ternera picada, 200 gr. de repollo picado, 100 gr. de gambas picadas, sal y aceite.

La masa de los rollitos se hace preparando un volcán con la harina y echándole el huevo batido con sal. Después se amasará y dejará reposar toda una noche en la nevera, para volverla a amasar a la mañana siguiente. Por otra parte, freímos la carne, con la cebolla, el repollo y las gambas; sazonamos y sofreímos diez minutos más. Éste será nuestro relleno, después cerraremos con huevo los rollitos, los doramos en la freidora, y, a comer.

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