El periodo de toma de conciencia debería haber finalizado, lo importante son las acciones concretas en las que se traduce esa concienciación. La tan traída y llevada, pero sobretodo necesaria, conciliación de la vida laboral y familiar aún no es una realidad ni en una décima parte de las empresas españolas, según revela el estudio presentado hace unos días por el Centro Internacional Trabajo y Familia.
Si bien muchas comienzan a implantar tímidamente medidas que favorezcan la deseada conciliación, aún son pocas las que pueden presumir de tener un sistema de trabajo que, por obligación social, deberá ser el del futuro para todas las empresas. El estudio sobre la situación empresarial apunta, en este sentido, que realmente sólo el 7% de las compañías españolas pueden considerarse familiarmente responsables; mientras que un 30% están introduciendo algún tipo de medida.
No obstante, estos datos no son, en absoluto, negativos, ya que suponen un avance con respecto a los resultados de anteriores estudios. Parece, por tanto, que las compañías empiezan a entender que para retener el talento en sus filas hay que ayudar más a la conciliación, una de las principales peticiones de los profesionales.
En concreto, el principal problema que encuentran los trabajadores para esa deseada conciliación es el horario de trabajo, ya que, según explicó la directora del Centro, Mª Nuria Chinchilla, en la presentación de dicho estudio, comenzamos a trabajar más tarde que en el resto de Europa y contamos con más tiempo para comer, lo que hace que las jornadas se alarguen hasta casi la noche. A esto se une uno de los grandes problemas de la cultura empresarial española: pensar que quien más tiempo está en la oficina, trabaja más; lo que dificulta que se apueste por medidas como el teletrabajo o la reducción de jornadas, en pos de una mayor compatibilidad de tareas y, también, más efectividad.
