Maybach, lujo extremo

A punto de cumplir un siglo de vida, el nombre de Maybach ha dado muchas vueltas hasta convertirse en un símbolo de lujo extremo de la mano de la compañía automovilística Mercedes Benz. En 1909 la familia alemana Maybach fundó una empresa para construir motores de zeppelines, un negocio que no debió resultar demasiado rentable a juzgar por el uso que han tenido estos dirigibles en su corta historia.

La fabricación y venta de zeppelines fue decayendo paulatinamente hasta la década de los 30 cuando aeroplanos y aviones lo dejaron obsoleto. Por eso, la casa Maybach comenzó a fabricar coches ya en los 20. Desde entonces la exquisitez automovilística, independientemente de la creación durante la II Guerra Mundial de coches militares y ferrocarriles de guerra, es sinónimo de esta marca.

Actualmente, Maybach pertenece a la compañía Mercedes Benz que ha reservado el apellido para su gama de coches de lujo extremo. Algunos de sus últimos modelos, que reúnen tradición con los últimos avances tecnológicos y todas las comodidades, son: el Maybach 57, el Maybach 62 -los números representan la longitud del automóvil en decímetros- y el Maybach Laundaulet. Sus precios oscilan de los 250.000 a los 292.000 euros, en el caso de los primeros, hasta los 900.000 euros del segundo.

  

Su coste, artesanal diseño –gran parte de sus interiores han sido hechos a mano-, historia y números –cada modelo se fabrica en ediciones limitadas- convierten a cualquier Maybach en competidor directo de los modelos más selectos de Rolls-Royce y Bentley.

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