Lustrando plantas

Quitar el polvo de los muebles y demás objetos de nuestro hogar es algo rutinario dentro de las tareas domésticas. Pero nunca, o en pocas ocasiones, recordamos incluir entre los elementos a limpiar nuestras plantas, y sin embargo el polvo es uno de sus principales enemigos, ya que la acumulación de suciedad y polvo en ellas complica su crecimiento y demás funciones vitales, ya que recibirán menos luz.


 


El polvo resulta un problema menor en las plantas de exterior, ya que la suciedad acumulada es retirada con la lluvia. Pero no sucede así con las de interior, de cuya limpieza nos tendremos que ocupar nosotros mismos, cuidando de, al menos una vez a la semana, limpiar el haz y el envés de las hojas, para lo que nos serviremos de una bayeta o una esponja (no algodón, que deja pelusas que ensucian el follaje) que humedeceremos en agua, a la cual es conveniente añadir un producto antical, para que así no queden cercos blancos en las hojas al secarse.


Para conseguir un mayor lustro podemos utilizar alguno de los productos abrillantadores, que además de ayudar a eliminar el polvo, previenen del ataque de insectos y parásitos, especialmente cochinillas. Estos abrillantadores están especialmente indicados en las plantas de hojas anchas y de cierto grosor, siendo menos recomendables en aquellas de follajes aterciopelados o muy finos. En cualquier caso lo mejor es seguir las recomendaciones de frecuencia y forma de aplicación que da cada fabricante.


 


Otra cuestión importante a la hora de limpiar nuestras plantas es la de retirar las partes dañadas o muertas, lo que haremos preferiblemente con unas tijeras de podar, evitando cortarlas con las manos y procurando hacer el corte en el tallo floral, lo más cerca posible del nacimiento de la flor.

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