Volver a los productos naturales, caseros, no es sólo algo cuestión de moda. Es un modo de cuidar nuestro bolsillo y también nuestra salud. Hacer en casa nuestro propio jabón, nuestros ambientadores e incluso algunos limpiadores del hogar hará que nos podamos ahorrar algún que otro euro y además utilizar unos productos con menos agentes agresivos y dañinos.
Esos restos que suelen quedar de las pastillas de jabón que utilizamos, junto con agua destilada y glicerina pura, nos servirán para elaborar nuestro jabón líquido casero para el aseo personal (e incluso para el lavado de la ropa). Para la fórmula base utilizaremos un litro de agua destilada, una taza de restos de jabón y una cucharada de glicerina pura. A estos ingredientes básicos se pueden añadir unas gotas de aceite aromático, colorante o un aditivo espumante. El proceso tampoco es complicado: Ponemos a calentar al baño María el agua, utilizando un recipiente de barro o cristal (NUNCA METÁLICO). A continuación, se añaden los restos de jabón troceados o rallados y vamos removiendo de forma constante con un palo o una cuchara de madera para que el jabón se diluya y quede una masa homogénea. En ese momento retiraos del fuego y añadimos la glicerina y el colorante o tintura elegido. Por último, después de mezclar bien todos los ingredientes, se añade el aceite aromático, se mezcla de nuevo y se deja enfriar.
Otro modo de hacer nuestro jabón casero es empleando el aceite que hemos empleado para nuestras frituras. Puede ser aceite de oliva o de cualquier otra variedad. Necesitaremos litro y medio de aceite usado, litro y medio de agua, 250 grs. de sosa caústica en escamas, unas gotas de esencia y una cucharada de miel. La elaboración no es complicada, aunque debemos tener cuidado al usar la sosa, por lo que por seguridad nos colocaremos en un lugar bien ventilado, utilizaremos guantes una cuchara de madera de mango largo, y una mascarilla para evitar sustos. En un cubo de plástico ponemos el agua (si es caliente el jabón saldrá mejor, pero se puede hacer perfectamente con fría), añadimos cuidadosamente la sosa caústica y removemos hasta disolverla. Lo siguiente es añadir el aceite, (cuanto más despacio y a poquitos, mejor) sin dejar de remover, siempre en la misma dirección (como si hiciésemos una myonesa), durante más o menos media hora. Cuando empieza a espesar (que se quede de pie la cuchara o que al mover el fondo se vea) se añaden unas gotitas de la esencia que más nos guste y la cucharada de miel. La mezcla se pone en una bandeja de plástico y se pone en un lugar ventilado durante 2 días. Lo cortamos en los trozos que mejor nos venga y dejamos otros 20 días más para que se endurezca.
También podemos hacer productos artesanales para la limpieza y cuidado de la casa. Seguro que un momento u otro todos hemos comprado un ambientador con el que dar a nuestro hogar un punto y un ambiente más agradable. Sin embargo estos productos contienen elementos que pueden acabar siendo tóxicos, irritantes y, en definitiva, perjudiciales para nuestra salud. La solución está en nuestras manos creando nuestro propio ambientador. Una fórmula puede ser a base de canela, clavo de olor y limón. Se ponen a hervir en una olla unos 3 litros de agua, añadimos 3 ó 4 ramitas de canela, un puñado de clavo y la cáscara de unos 3 limones. Ya sólo es cuestión de que vaya cociendo a fuego medio y que el aroma invada nuestra casa. Si ésta es de dimensiones algo más grandes y no llega el olor a toda la casa, cogeremos la olla, cuando ya parte del agua se ha evaporado, y la ‘pasearemos’ por las distintas habitaciones. Además podemos coger el limón que nos ha quedado y colocarlo en algún rincón discreto de la habitación que queramos perfumar. También es bastante efectivo para perfumar las casas impregnar un aceite esencial que os agrade en las bombillas de las lámparas, ya que al calentarse éstas, se desprenderá un agradable olor. Lo mismo ocurre si ponemos un pequeño recipiente con agua y unas gotas de aceite esencial sobre u radiador o en su defecto impregnando en una tela o pañuelo de papel esta mezcla que colocaremos junto a la calefacción. También podemos poner la peladura de limón o de manzana.
