La noche más corta y el día más largo, así es la noche del 23 al 24 de junio. Unas horas en las que la magia, la fiesta y la diversión mezclan lo pagano con lo religioso.
Desde la antigüedad esta festividad está ligada al solsticio de verano, fecha en la que el sol comienza a hacerse más débil de manera progresiva hasta la llegada del invierno, es por esto que se encendían hogueras con el fin de darle fuerza al astro rey.
Desde entonces son innumerables los ritos paganos que se han ido creando en torno al sol y que se han mezclado con el culto católico a San Juan Bautista. Hogueras y creencias que recorren nuestra geografía desde tiempos inmemoriables.
Las más famosas fiestas de San Juan son, sin duda, las de la Comunidad Valenciana. Concretamente, las de Alicante, que han sido declaradas de Interés Turístico. En ellas, las ”hogueras” son monumentos de madera, cartón o corcho que pintados y con gran carga burlesca representan los diferentes barrios de la ciudad. Figuras que, como las fallas valencianas, son quemadas cada año la noche del 23 de junio mientras la gente come, baila y disfruta de unas fiestas que se viven en la calle y que entre el bullicio y las cabalgatas se ofrecen a la Virgen del Remedio, patrona de Alicante.
Las localidades alicantinas de Torrevieja, Jávea, Denia, Benidorm o San Juan también se hacen eco de esta noche de hogueras y diversión y se engalanan para rendir homenaje al Santo y llevar a cabo algún hechizo.
En Canarias, en la Isla de Tenerife también se celebran las fiestas de San Juanito, como cariñosamente le llaman los tinerfeños. Las de Punta Hidalgo son especialmente conocidas, ya que un grupo de jóvenes recoge la imagen del Santo en la Iglesia y la llevan a hombros hasta la orilla del mar, donde realizan hogueras y piden deseos al compás de la música.
En Ciudadela (Menorca) los protagonistas de la noche de San Juan son los caballos y sus jinetes, que se llaman caixers. En esta fiesta visten de blanco y negro y tras la misa celebran ”el jaleo” en la plaza del pueblo, un baile en el que los equinos muestran sus habilidades al ritmo de las típicas canciones de la zona. Los caixers demuestran su destreza con los caballos al pasar entre la multitud que les vitorea.
En otros muchos lugares de España se forman hogueras que la gente salta como diversión y en las que se queman papeles que llevan apuntadas las cosas malas y negativas de cada uno con el fin de que se quemen y se las lleve el fuego. Al otro lado del charco, en Brasil, Argentina, Perú o Venezuela también celebran la festividad de San Juan, pero en su caso, ligada al solsticio de invierno.
De una manera u otra, San Juan está presente en la noche más breve del año. La de la magia y los hechizos pero también en la del recogimiento y la oración. Y tú, ¿cómo celebras San Juan? ¿pides algún deseo en la noche de las hogueras o quemas los malos presagios?
