Carlos y Roberto Valle son dos jóvenes directores de cine que allá por 2012 decidieron hacer un corto para dignificar la vejez. Por eso, eligieron a dos protagonistas muy especiales, su abuela y su tía, o lo que es lo mismo, Carmen y María… y la silla de la primera, que le ayuda a caminar con paso firme ante las adversidades del día a día.
La idea es transmitir que ser mayor no es un impedimento cuando se tienen ganas de seguir viviendo y eso es, precisamente, lo que les hizo comenzar a escribir un guión cargado de sentimiento y positividad ante esta última etapa de la vida.
Para empezar el corto decidieron grabar a las dos ancianas y, por supuesto, su silla durante una semana en su pueblo, es decir, las dejaron que continuaran con su vida cotidiana y que actuaran con naturalidad, charlaran de los temas que más les preocupan (incluido en Real Madrid, del que ambas son muy seguidoras), se levantasen, se sentasen, se rieran, cocinaran y se hicieran compañía. En definitiva, Carlos y Roberto querían compartir con el resto del mundo la cotidianidad de la fase final de dos ancianas que son felices con lo que tienen.
En ”La silla de la vida” se transmite el sentimiento y las ganas de vivir de ambas ancianas y lo importante que es para ellas una simple silla o la compañía mutua, a la que se agarrande igual manera cuando se sienten débiles y para obtener la fortaleza y seguridad que necesitan para seguir adelante y animarse.
De momento, el corto ha sido seleccionado en más de 16 festivales (Eslovenia, Italia, Rumania, Puerto Rico, etc.) y ya ha recibido cuatro premios. Parece que la vejez es un tema que gusta y combinada con el cine, lo hace inmortal, o como decía André Malraux (1901-1976 ”El arte (en este caso, el cine) es el único acto de resistencia a la muerte” y esta frase es la que, precisamente, ha inspirado a los dos hermanos y guionistas para que la vida de su abuela y de su tía no queden en el olvido.
