La modernidad de lo antiguo

No es extraño que en muchas de nuestras casas se pueda encontrar algún que otro mueble heredado de alguna abuela, madre… Por lo general lo tenemos más como recuerdo sentimental que por su valor estético o económico. Sin embargo sepa que muchos de estos muebles pueden ser recuperados y convertirlos en un artículo de lo más ‘in’ de la decoración, ya que el toque vintage (término tomado del inglés para referirse a cualquier objeto antiguo, de diseño artístico y una factura de calidad) es lo último entre las tendencias decorativas, traspasando la esfera de la moda. Así que nada de desprenderse de una pieza por muy clásica y antigua que sea, ya que mesas, mesillas de noche, lámparas, sillas, etc., se pueden introducir como elementos que resalten y complementen una decoración moderna.


 


El vintage es más que restaurar o conservar el pasado, es reinventarlo para adecuarlo a las líneas más modernas. El secreto es no saturar el espacio de elementos de este tipo, sino concentrarnos en uno o dos artículos que resalten la estancia que nos interesa.


 


Baúles, arcones y cofres son los elementos estrella. Son Auténticos comodines decorativos y funcionales al poder ponerlos en diferentes estancias de la casa: en el salón pueden servir como mesa de centro (siempre que sea proporcional al sofá; además es un lugar extra para almacenaje), como mesa auxiliar que además servirá de asiento extra cuando sea necesario. En el dormitorio puede ser un pie de cama o una mesilla de noche. También pueden ser perfectos para el recibidor, adosados a la pared y debajo de un espejo, sustituyendo al típico banco.


 


Casi tan polivalente como los anteriores resultan los Chifonieres y cómodas , que se pueden ubicar, además del tradicional dormitorio, en un pasillo, en el recibidor, como aparador (o como complemento de este), junto al sofá, para separar sala y comedor


 


Un toque perfecto en el salón lo puede dar una mesa de madera cuyo aspecto podemos ‘retocar’ lijando, decapándola, tiñéndola, pintándola o manteniéndola al natural. También escritorios y burós pueden dar un nuevo aire a un rincón del salón.


 


Los espejos antiguos son perfectos para colocar encima del sofá, del aparador, o sobre una consola e incluso en lugar de colgarlos podemos optar por dejarlos apoyarlos sobre el mueble o en el suelo. Si resulta demasiado clásico se puede pintar el marco en un color actual como azul o rojo, o aplicar una pátina en blanco y decóralo con toques en oro o plata, o pintarlo sólo en estos colores. Además, si se trata de varios marcos pequeños,  pueden servir para formar una composición, colocados de tal forma que parezcan uno solo y ponerlos en el pasillo o el cabecero de la cama.


 


En el caso de que no tengamos ninguna pieza de estas por vía familiar, y el adquirirlas a través de anticuarios y coleccionistas está fuera de nuestras posibilidades, siempre es posible dar este toque vintage con pequeños detalles como las telas de la ropa de cama, las fundas de cojines, sillas y sofás…

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