El nido vacío es un acontecimiento que se define como la marcha del último hijo del hogar y la vivencia experimentada por los padres ante este hecho. Se considera un síndrome a la reacción que sufren muchas parejas ante la situación de encontrarse de nuevo solos en el hogar después de muchos años. Entre los síntomas que se achacan a este síndrome se encuentran la nostalgia, tristeza, mal ánimo y dolencias físicas.
Sin embargo, este síndrome parece afectar cada vez menos a los matrimonios, y a las mujeres concretamente, según un nuevo estudio psicológico realizado por la Universidad de California que sugiere que este ”nido vacío” puede tener incluso efectos beneficiosos sobre el matrimonio de los padres. Los psicólogos que han llevado a cabo el estudio analizaron la satisfacción de un grupo de mujeres desde que cumplieron cuarenta años hasta que se encontraban en sus primeros sesenta años. Las conclusiones se resumían en un aumento de la satisfacción marital con la edad, sobre todo entre aquellas que continuaban con su marido en primeras nupcias.
El dato más sorprendente, no obstante, ha sido que las mujeres cuyos hijos habían abandonado el hogar familiar presentaban una satisfacción mayor que aquellas que todavía tenían los hijos en casa. El quid de la cuestión no reside en el mayor tiempo que se comparte tras la marcha de los vástagos, si no el la calidad de ese tiempo que se pasa juntos.
Tampoco este informe pretende sugerir que se eche a los hijos de casa para aumentar la satisfacción marital, al contrario, animar que en cualquier circunstancia se planeen momentos agradables con la pareja.