No lo encontraremos en un mapa explicativo del parque temático, ningún cartel lo anunciará, ni falta que le hace. El encanto del Club 33 está precisamente en ese secretismo que le ha permitido permanecer durante varias décadas en medio del paraíso de los niños, Disneylandia, sin que millones de visitantes supieran de su existencia.
Una puerta con un número: el 33, da paso a un exclusivo Club con 480 miembros, empresarios, directivos y celebridades de diferentes ámbitos de la cultura y sociedad de todo el planeta que tienen el privilegio de poder degustar los platos de un chef graduado del Culinary Institute of America en Hyde Park, Nueva York, en dicho club. Sin embargo, a pesar de ser miembros, es necesario reservar con bastantes meses de adelanto para pasar allí una jornada. Y para quien desee entrar a formar parte… hay listas de espera de hasta nueve años.
La mayoría de los socios son ejecutivos de empresas, como Chevron y AT&T, Coca-Cola, o personalidades del cine como Johnny Depp y de la música como Elton John. Algunos de los miembros lo son desde su fundación, hace ya más de cuarenta años, gracias a que al propio Walt Disney se le ocurriese, tras visitar la Feria Mundial de Nueva York 1965, crear exquisitos espacios para los patrocinadores de Disneyland y para la élite empresarial.
Cada miembro debe abonar unos 6.000 dólares al año, además de los 20.000 del ingreso, esto si pertenecen a alguna de estas empresas. Si se entra de manera individual cuesta 7.500 dólares más 3.025 en cuotas anuales. Parece que no importa con tal de pertenecer a tan único y exclusivo Club.
