Ideas brillantes y más que rentables o la suerte de poder vivir de las rentas, las grandes fortunas de los jóvenes del siglo XXI, independientemente de su origen, crecen a mayor velocidad y superan en cantidad a las de antaño. El ciberespacio ha resultado ser una fuente de riquezas casi ‘inagotable’ y rápida. Al menos, a juzgar por algunos de los jóvenes que encabezan la lista elaborada por la revista Forbes, sobre los más ricos de menos de 35 años del mundo.
Los denominados solteros de oro, Sergey Brin (34 años) y Larry Page (35) –fundadores del buscador de Internet Google-, ocupan el primer puesto de este ranking con fortunas valoradas en más de 18 mil millones de dólares. Les sigue de cerca, una joven china de 26 años, Yang Huiyan, con más de siete mil millones de dólares en su cuenta, fruto del éxito de las acciones en la bolsa de Hong Kong de la inmobiliaria fundada por su padre.
Quién le iba a decir a Mark Zuckerberg (23 años) que cuatro años después de crear, desde su habitación de la Universidad de Harvard, la comunidad virtual Facebook, ésta sería el portal favorito de más de 60 millones de cibernautas convirtiéndole en uno de los jóvenes más ricos del planeta, y, más aún, el de menor edad de todos ellos.
En la lista de Forbes aparecen, también, personas que en la práctica de una profesión tradicional continúan alimentado sus jugosas cuentas. Es el caso del ucraniano Kostyantin Zhevago (34 años), que es minero; especuladores inmobiliarios, como el ruso Sergei Polonsky, de 35; explotadores de carbón, como el chino Xian Yang, y constructores, como Dmitry Zelenov.
Una lista interracial y multidisciplinar que engrosan cuatro estadounidenses, tres rusos, tres chinos, dos turcos, dos libaneses, dos indios, un alemán, un ucraniano y un saudita, con un denominador común: ser los multimillonarios más jóvenes del planeta.
