Desde que comenzara la crisis económica en España, los abuelos han sido una grandisima ayuda en la mayoría de los hogares. Muchas familias se mantienen a base del dinero que ingresan sus mayores y gracias a la mano que les tienden en el cuidado de los nietos, la alimentación, la limpieza y hasta en los consejos.
La Agencia Tributaria afirma que uno de cada cuatro euros que entran en los hogares españoles provienen de las pensiones y no es precisamente porque los jubilados cobren grandes sueldos que les permitan repartir sus beneficios con el resto de la familia, sino por el papel sacrificado que muchos mayores de 60 han tenido a lo largo de su vida, dejando a un lado caprichos, viajes o la posibilidad de tener un apartamento en la playa, pensando que con sus ahorros, sus hijos podrían labrarse un futuro y vivir mejor de lo que vivieron ellos en su juventud. Ahora se enfrentan a la dura realidad de que no sólo no es así, sino que se ven en la obligación de seguir ayudándoles y no únicamente en lo económico.
Las familias han cambiado y ahora predominan aquellas que cuentan con uno o dos hijos como mucho, por lo que si ambos padres trabajan como suele ocurrir, no les queda más remedio que contratar a alguien que cuide de los niños o que los abuelos se hagan cargo.
Bien es cierto que la mayoría de los abuelos de ahora cuentan con más tiempo y gozan de una excelente salud, lo que les permite ejercer de chófer o maestro de sus nietos, cocinero y limpiador a tiempo completo, experto en dar consejos y animar a sus hijos cuando lo necesitan, hacer auténticas virguerías con la economía familiar y aún les queda tiempo para dedicar una sonrisa y una palabra amable a todo el mundo.
Los abuelos han pasado la mayor parte de su vida trabajando, ya que no tuvieron las posibilidades que han tenido sus hijos de estudiar, formarse y conseguir una mejor calidad de vida y ahora se ven manteniendo a tres generaciones diferentes, la suya, la de sus hijos y la de sus nietos. Son, sin duda, los héroes de esta crisis, ya que a sus espaldas está el peso de su familia, y todavía les quedan fuerzas para seguir ayudando y hacerlo con todo el amor del mundo.
