El precio de abrir el grifo

En nuestra sociedad, especialmente en los espacios más urbanitas, apenas nos paramos a pensar en el valor del agua. Abrimos el grifo y ahí está. De hecho, hay quien más, quien menos, al que le parece casi un sacrilegio el tener que pagar por algo que la Naturaleza nos ofrece gratuitamente. Pero con cada recibo llega un golpe contra la realidad, y no es igual en todas partes.


 


Según un informe elaborado por la asociación de consumidores FACUA entre una ciudad y otra de la geografía española puede haber una diferencia de hasta el 419% en las tarifas del suministro domiciliario de agua (lo que puede llegar a suponer 326,64 euros más IVA al año en consumos de 10 metros cúbicos). Así, Alicante es la ciudad donde el agua tiene un precio más caro (para contadores con un calibre de 15mm y tomando como referencia un consumo de 10 metros cúbicos se pagan 41,38 euros), mientras que Valladolid cuenta con la tarifa más económica (tanto si el contador tiene un calibre de 13 como de 15mm cuestan 7,82 euros). Teniendo en cuenta las cifras recogidas se observa que se ha producido una subida de los precios, especialmente en Granada (un 22,9%), Almería (22,8%), Málaga (9,0%), Jaén (8,3%) y Badajoz, 8,2%, lo que supone una subida media respecto al 2008 de un 7,3%, teniendo en cuenta que se ha tomado como referencia un consumo de 10 metros cúbicos mensuales.

 


En el estudio se han incluido 28 ciudades y en él se recogen las cuotas fijas (las que hay que pagar aunque no se haga uso del servicio) y variables relativas (dependen del volumen de agua consumida) tanto al abastecimiento como al saneamiento de agua. Según este análisis, las tarifas para familias que consumen 10 metros cúbicos mensuales han subido este año una media del 1,8 por ciento si se tienen contadores con calibre de 13 mm y del 2,1 por ciento para los de 15 mm.

 


Según FACUA, “no siempre” puede considerarse positiva una tarifa muy baja y negativa como una muy alta, ya que el concepto de ahorro o despilfarro no puede desvincularse del número de residentes de la vivienda. Por este motivo considera que se debe avanzar en la aplicación de “tarifas progresivas” que penalicen consumos por encima de determinadas cantidades, pero además facturando en función de los habitantes del inmueble. En este sentido, de momento Sevilla tiene tarifas de agua vinculadas al número de residentes en una vivienda, mientras que La Coruña aplica un factor de corrección si viven más de tres personas en el inmueble y esta circunstancia se notifica a la empresa suministradora del servicio. En otros 13 municipios únicamente se tiene en cuenta si los usuarios conforman una familia o vivienda numerosa.


 


En España, el suministro domiciliario de agua es una competencia de los ayuntamientos, que otorgan las concesiones del servicio a empresas públicas, privadas o mixtas, pero desde FACUA se reclama una norma de ámbito nacional que regule aspectos como los procedimientos para la aprobación de las tarifas, que en su opinión, deben incluir el trámite de audiencia de las asociaciones de consumidores; las indemnizaciones a percibir si se producen cortes del suministro por motivos que no respondan a fuerza mayor o acciones de terceros; la periodicidad de lectura de los contadores y facturación; las condiciones de presión y caudal mínimas exigibles por los usuarios; los procedimientos y requisitos para las bajas en el servicio; los conceptos incluidos en las facturas y los sistemas para la resolución de las reclamaciones.

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