Uno de los peligros a los que se enfrenta la salud en verano es la deshidratación. Las altas temperaturas y no llevar una alimentación saludable pueden provocar una reducción delicada de los líquidos y sales minerales que necesita el organismo para realizar normalmente sus funciones y darnos algún que otro susto. Por este motivo, cinco sociedades científicas españolas han elaborado el documento Consejos de hidratación con bebidas con sales minerales e ingesta recomendada en los procesos de rehidratación y deshidratación leve.
En dicho documento, que pretende servir de guía práctica tanto a profesionales como a la población en general, se explica cómo mantener el equilibrio hídrico del organismo para evitar la aparición de los síntomas de la deshidratación. En definitiva, para cuidar nuestra salud y mejorar nuestra calidad de vida.
Los expertos recomiendan que, en condiciones normales, bebamos alrededor de dos litros de agua al día, esto es, entre cinco y diez vasos. Una cantidad que puede ser superior ahora en verano y cuando ya han aparecido algunos síntomas de deshidratación como excesivo calor, sed extrema, fiebre, diarrea o vómitos. El líquido que se ingiere, además, no solo debe ser de bebidas –fundamentalmente agua y bebidas con sales minerales y azúcares-, sino en los alimentos que forman parte de nuestra dieta diaria en esta época –véase, frutas y verduras-.
Otros consejos para prevenir la deshidratación son: evitar comidas copiosas y, en esos casos, aumentar la ingesta de líquidos; controlar la aportación de alcohol al organismo, ya que deshidrata; o estar especialmente atentos a los grupos de riesgo: niños lactantes, embarazadas y mayores.
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