Si lo que te apetece este verano es disfrutar de tu familia y tus amigos, comer bien, bañarte en playas paradisíacas de aguas cristalinas, visitar lugares con mucho encanto, comprarte algún recuerdo en mercadillos con mucho estilo y no perder horas y horas en tu viaje, no lo dudes y organiza tus vacaciones en Menorca.
No hay destino más apetecible. Es la isla más oriental de las Baleares, bañada por el mar Mediterráneo y declarada reserva de la Biosfera por la Unesco.
Las playas y calas de esta isla son auténticos cuadros para enmarcar en nuestra memoria y echarles un vistazo cada vez que queramos desconectar del mundanal ruido. Las más recomendables tanto por su encanto como por su belleza son la Cala en Turqueta y Cala Macarella en Ciutadella, Cala Mesquida muy cerca de Mahón. Las playas de Algaiarens también son muy recomendables y no se masifican demasiado, algo muy a tener en cuenta si vamos con niños y Cala Pregonda es muy bonita, pero para acceder a ella hay que andar unos 20 minutos. Otra opción es ir investigando, la isla no es muy grande y acceder a calas espectaculares es muy normal.
Si te entra el agobio y piensas que te puedes aburrir en una isla, ¡olvídate! Menorca cuenta con infinidad de monumentos, desde los megalíticos, pasando por unas espectaculares cuevas, y los yacimientos arqueológicos, Basílicas como la de Son Bou o la de Santa María de Ciudadela, que es además catedral. El Monte Toro es el punto más alto de la isla, sus vistas son increíbles como también lo es el Santuario de la Virgen del mismo nombre, patrona de Menorca.
Tampoco puedes dejar de ir a Fornells, muy cerca del Faro de Cavallería, un lugar precioso y cuya ruta de llegada sorprende a todos los visitantes por la belleza de sus paisajes. Binibeca es un pueblo de pescadores con casitas blancas y un encanto especial, ideal para ir al atardecer a tomar algo. Otro pueblo de pescadores es Es Grau, junto al Faro de Favaritx, en la Albufera, que es un parque natural increíble. De Mahón lo mejor es el puerto y de Ciutadella perderse por sus calles.
En cuanto a la comida, los huevos rotos con langostas son un manjar, el pescado es excelente, las berenjenas rellenas a la menorquina están exquisitas, la mahonesa por la que suspiraba el Cardenal Richelieu, la sabrosísima caldereta de langosta y el queso mahonés, todo ello acompañado de un vino típico de la isla como es La Malvasía y de postre, unos carquinyols, unos pequeños dulces de pasta típicos de la localidad de Es Mercadal.
Para las compras, lo mejor son los mercadillos, hay todos los días de la semana tanto diurnos como nocturnos y en ellos podemos encontrar de todo, desde ropa, artesanía, alimentos, etc.
Menorca es un lugar increíble con unos paisajes de ensueño, pero lo mejor es descubrirlo, buscar esos rincones sorprendentes que nos muestran el verdadero encanto de la isla… y para abrir boca, hemos encontrado este anuncio de hace ya unos años de una conocida marca de cerveza que nos trasladará por unos instantes a este fantástico lugar…