El Papa nos anima a ayudar a los jóvenes a conseguir un trabajo

El Papa ha estado en Filipinas la pasada semana visitando un país duramente castigado por el tifón más mortífero de la historia, por las secuelas de la guerra y por los continuos desastres naturales. Un viaje cargado de emociones en el que el Santo Padre quiso invitar a todas las religiones a un diálogo continuo que favorezca la paz. 25 mil kilómetros y siete vuelos, los del Papa Francisco entre Filipinas y Sri Lanka para recordarnos que debemos ”escuchar la voz de los pobres y romper las cadenas de la injusticia”

En su vuelo de vuelta a Roma, Su Santidad concedió la habitual rueda de prensa a periodistas de todo el mundo en la que explicó que los católicos están llamados a vivir una ”paternidad responsable”, en palabras del Sumo Pontífice ”Algunos creen que, disculpen la palabra, eh, que para ser buenos católicos tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable” y aprovechó para agradecer la generosidad de tantas familias que ven en cada hijo un ”’tesoro”.

La familia siempre ha sido una prioridad para Francisco y aprovecha para hablar de ella siempre que puede. También lo hizo hace ya unos meses, cuando Su Santidad anunciaba un decálogo para alcanzar la felicidad en la revista argentina Clarín. El Santo Padre enumeró y explicó una serie de pautas, algunas más complicadas de llevar a cabo que otras, pero todas ellas posibles, con las que nos asegura que se puede lograr ser feliz y la familia, desde luego, es el mejor camino para conseguirlo.

Hace poco profundizábamos en algunas de ellas como dedicar los domingos a la familia, jugar con los más pequeños de la casa o entregarnos a los demás.

En varias ocasiones el Papa ha hablado del respeto a los mayores y de nuestro ”papel heroico en la transmisión de la fe en tiempo de persecución” además, ha añadido que ”Los ancianos son los que nos traen la historia, la doctrina, la fe y nos la dan en herencia”, una manera, desde luego, de transmitir el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos y nietos.

Y de esta explicación, precisamente, podemos llegar a uno de los diez puntos de este decálogo sobre la felicidad, el de ayudar a los jóvenes con nuestra experiencia, con nuestra sabiduría, con nuestro conocimiento o con nuestro compromiso. La idea que lanza Francisco es la de que a los jóvenes no les falten oportunidades porque ”Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo”

El Papa se muestra preocupado por la cantidad de jóvenes que hay sin trabajo en estos momentos ”El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados” por eso, nos anima a los mayores, a que además de darles de comer y acogerles en nuestro hogar como venimos haciendo ”Hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero” porque según dice el Sumo Pontífice ”La dignidad te la da el llevar el pan a casa”

Los mayores ya hemos demostrado con creces que somos muy importantes en esta sociedad que, a veces, parece ir a ritmos vertiginosos. Somos capaces de traer la calma en tiempos de crisis y de aportar esa dosis de seguridad y optimismo que en ocasiones les falta a los más jóvenes.

Por eso, y siguiendo los pasos de nuestro Santo Padre, ahora, más que nunca, debemos asumir el compromiso de echar una mano y ayudar en lo que podamos a los más jóvenes a encontrar trabajo, porque de nosotros depende su futuro y porque de ellos es el futuro de las generaciones venideras.

Foto: Shutterstock

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