El Papa alienta a las familias españolas

A estas alturas, ya es por todos conocidos que el pasado fin de semana Su Santidad Benedicto XVI ha visitado nuestro país. El sábado 6 de noviembre se acercó como peregrino a Santiago de Compostela, donde se celebra año Xacobeo, y al día siguiente se trasladó a Barcelona, donde consagró al culto la Basílica de la Sagrada Familia de Gaudí.

Aunque la familia no ha sido el tema principal de las homilías de Benedicto XVI -en las que el Santo Padre abordó temas como el creciente y agresivo laicismo que encontramos en España, la importancia de la actitud de peregrinaje o la relación entre la fe y el arte, personificada en la excepcional figura de Antonio Gaudí- también le ha dedicado a esta institución algunas de las palabras más interesantes de sus intervenciones varias.

Durante la consagración del templo de Gaudí, el Papa quiso mencionar la importancia de la Sagrada Familia de Nazaret -a la que, precisamente, está dedicado el templo- como misterio y modelo para todos los cristianos, recordando a los presentes que “Dios mismo se hizo hijo en la familia y nos llama a edificar y vivir la familia”. Se trata, por tanto, de una devoción que, teniendo en cuenta todos los debates en torno a temas de familia que están teniendo lugar en nuestro país, está de plena actualidad. Por ello, el Santo Padre ha subrayado también la importancia de la “renovación de la familia como célula fundamental de la sociedad”.

Benedicto XVI se ha referido al hogar formado por Jesús, María y José como una “escuela de amor, oración y trabajo” y ha hecho hincapié en que una sociedad no puede contentarse con los avances técnicos, sociales y culturales que se han vivido desde entonces; hay que fomentar también el progreso moral, muy necesario en cuestiones como la protección, la atención y la ayuda a la familia.

“Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad” -ha dicho el Papa- “Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar.” Palabras que, sin duda, llaman al profundo compromiso de los cristianos, pero también constituyen un toque de atención al Gobierno Español, tras sus polémicas reformas en materia de familia, especialmente la de la Ley del Aborto.

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