El vino de oro siempre ha estado considerado como la bebida más glamourosa y elitista de cuantas existen, entre otras cosas porque los nombres más conocidos de espumoso son indiscutibles reyes de las listas de productos más caros del mundo. Una de estas marcas es Perrier-Jouët, que acaba de lanzar el champán más costoso del mercado, desbancando a una serie limitada de 10 Jéroboams, botellas de 3 litros, de Dom Pérignon, que fueron vendidas por 12.000 euros cada uno en el Festival de Cannes de 2005.
Se trata también de una serie limitada de cien cajas de 12 botellas de esta casa productora de champán, a 50.000 euros cada una, lo que supone unos 4.166 euros la botella. Dichas cajas serán distribuidas por la compañía francesa Pernod Ricard entre un grupo de quince privilegiados en cada uno de estos siete países: EEUU, Gran Bretaña, Japón, China, Rusia, Suiza y Francia.
Al hacerse con tan preciado lote, viajarán hasta la ciudad de Epernay, en el este de Francia, para entrevistarse con el jefe de bodega Hervé Deschamps y que cada uno de ellos elija la composición del licor. Por tanto, cada uno de estos champanes será único y personalizado, justificación, además de por el nombre de los licores, de su elevado precio.
Ya en 2006, la casa Perrier Jouët lanzó otro ”champán más caro del mundo”, una competición entre las bodegas de espumoso que poco compensa a los consumidores. Cada botella de Cuvée Belle Epoque, elaborado a partir de uvas Chardonnay, costaba 1000 euros. Por algo, además de por su calidad, se considera la bebida más exclusiva…
