Don Carnal ya asoma su nariz y muchos ultiman sus disfraces para lanzarse a las calles y dar rienda suelta a pasiones de todo tipo y jugar a ser lo que no se es o lo que se querría ser. Así nos encontramos, con más semejanzas que diferencias, los archiconocidos carnavales e Brasil, Cádiz, Tenerife y Las Palmas. Pero tal vez el que más se diferencie sea el de Venecia por su lujo y elegancia.
Las hordas de turistas han restado autenticidad a esta fiesta popular veneciana de la que existen referencias ya en el siglo XI, cuando la ciudad era una potencia. Sin embargo, transcurrieron varios siglos, hasta el XVIII, para que esta tradición arraigase hasta alcanzar su máximo esplendor entre los aristócratas llegados de diferentes lugares. No era extraña la participación de príncipes y nobles, que se disfrazaban para mezclarse con el pueblo, al tiempo que los ciudadanos se valían de esta celebración como vía de escape para evadirse del gran control del gobierno veneciano. Desde entonces las máscaras son el elemento más importante del carnaval. Más tarde este auge se vino abajo, decayendo al tiempo que lo hacía la ciudad. En1797 Napoleón prohibió los festejos de carnaval por miedo a las conspiraciones. Así desapareció hasta hace tan sólo 20 años, en los que Venecia ha recuperado su tradición carnavalesca hasta el punto de que ahora muchos venecianos se sienten abrumados por la invasión turística y se marchan fuera durante esta temporada.
Durante 10 días (este año entre el 6 y el 16 de febrero) se organizan muchos eventos y durante las noches, los bailes invaden los salones y los fastuosos palacios resultan perfectos escenarios para las fiestas, algunas de ellas privadas a las que es difícil asistir sin conocer a nadie y con unos precios que suelen ser altos (una noche puede costar hasta 500€). El atuendo más característico son los trajes inspirados en el siglo XVIII, y las maschera nobile, máscaras blancas a las que se agregan ropas de seda negra y sombreros de tres puntas. Desde 1972, se han ido incorporando otros colores a los trajes, pero las máscaras siguen siendo en su mayoría blancas, plateadas y doradas. También las comparsas conocidas como compagnie della calza realizan desfiles por la ciudad, encontrándose entre las más conocidas Los Antiguos y Los Ardientes.
Para la mayoría de los turistas que acuden en estas fechas a Venecia el objetivo es conocer la ciudad en carnaval, y no llegan a disfrazarse o a lo sumo se limitan a llevar una máscara o antifaz y hacerse fotos con los mejores disfraces. En cualquier caso, si se toma la decisión de disfrazarse, no hay que olvidar que en estas fechas el rigor del invierno está presente.
PÁGINA OFICIAL DEL CARNAVAL DE VENECIA http://www.carnevale.venezia.it
