El aroma de tu hogar

Al igual que con nuestro cuerpo, el aroma del que impregnemos nuestro hogar puede decir mucho de nosotros e incluso intervenir en nuestro estado de ánimo. Y es que el ambiente de una casa no depende únicamente de elementos visibles como muebles y  demás accesorios.


 


Hay que ser cuidadoso tanto a la hora de escoger la fragancia (puede ser incluso una simple colonia o un perfume especial) como el medio para impregnarla.


 


Fragancias


 


En ele mercado existe una vastísima gama de ambientadores en formatos de los más diversos, pero estos productos químicos pueden ser sustituidos por otros naturales como hiervas o especias.


El incienso, ya sea en forma de conos, palitos o cristales de resina, es un clásico: práctico, eficaz y exótico, evitando los artificiales, que pueden resultar irritantes. Una alternativa puede ser quemar papel de Armenia, al que también se le atribuyen propiedades para los problemas respiratorios.


Las pieles de cítricos (limones, naranjas y pomelos) expuestas al fuego o colocadas sobre la placa del horno caliente, difunden un olor delicado, especialmente agradable en invierno. También se pueden poner en alguna bonita copela e incluso podemos colgar una naranja y dejarla secar, para después colocarla en los armarios.


Unos ramilletes de lavanda puestos a secar en verano, en saquitos de tela,  será también otro ambientador natural ideal.


 


Cómo Perfumar


 


En general obtendremos mejores resultados si utilizamos el calor como medio para que los aromas se desprendan. Un medio muy extendido es el uso de pequeños hornitos, específicos para las esencias. En ocasiones se puede aprovechar también la calefacción o incluso poner unas gotas de la esencia elegida en las bombillas. En el verano otra opción es aprovechar el aire acondicionado. Basta con impregnar nuestra fragancia en radiadores o en la salida o filtro del aparato acondicionador, y obtendremos un aire perfumado con poco esfuerzo, con delicadeza y en forma homogénea.


 


Si optamos por utilizar aceites esenciales, podemos elegir entre tres métodos diferentes para difundirlos: el difusor eléctrico (en segundos convierte el aceite en una fina niebla que se reparte de forma homogénea por la estancia), los sticks o bastoncillos (su difusión es ligera, adecuada a pequeñas habitaciones) y el quemador (este último especialmente adecuado para grandes superficies). También el aspirador es un buen medio de perfumar al tiempo que hacemos la limpieza de la casa.


 


Las velas son unas de las mejores opciones porque tienen mayor duración y se pueden conseguir en diferentes modelos, tamaños, aromas y precio. Las velitas que están colocadas dentro en un vaso son las más recomendables porque dará perfume a la casa durante muchas horas, aunque elección de los recipientes es muy amplia (pantallas coloreadas, pequeñas vasijas de tierra, aluminio labrado…) Mejor escogerlas sin colorantes, de cera, con aceites naturales o vegetales para una combustión lenta y sin humo.


 


Apuesta segura son las flores (frescas o secas), bien en un ramillete o con sus pétalos e incluso mezclando diferentes variedades como pétalos de rosa, hojas de laurel, hojas de eucalipto, hojas de nogal, mirto, tomillo, salvia, jengibre, canela y vainilla y todo ello impregnadote unas gotitas de alcohol o esencia de rosas para potenciar los aromas.


 


Con cualquiera de estas sugerencias ya sólo queda relajarse y respirar hondo…

Comentarios

Deja un comentario