En la mayoría de ocasiones, creamos los diferentes espacios de nuestro hogar sin seguir las directrices de un estilo en concreto. De hecho, pocos definen la decoración de su casa como fruto de una sola teoría decorativa, solemos ser eclécticos. Reconocer cuáles son los principios de cada una de ellas nos puede ayudar a concretar el nuestro o tomar nuevas ideas para renovarla.
Colonial. Su premisa: mantener el alma del pasado. Para conseguirlo se amueblan las diferentes estancias de la casa con muebles artesanales de maderas de teca e iroco; se visten de telas de origen natural combinadas con lino; y cubren de alfombras de esterilla o gruesas con flecos. Los colores del estilo colonial son el blanco, la familia cromática del beige y los marrones del mobiliario macizo
Colonial. Su premisa: mantener el alma del pasado. Para conseguirlo se amueblan las diferentes estancias de la casa con muebles artesanales de maderas de teca e iroco; se visten de telas de origen natural combinadas con lino; y cubren de alfombras de esterilla o gruesas con flecos. Los colores del estilo colonial son el blanco, la familia cromática del beige y los marrones del mobiliario macizo
Clásico: Los tonos blancos y pasteles de las paredes y telas contrastan, en esta forma de decorar, con objetos y muebles antiguos, con dorados, lámparas de pie y cuadros realistas. Se define por conseguir, con estos elementos, ambientes solemnes y, al mismo tiempo, acogedores.
Rústico: La madera también es el material protagonista de las casas decoradas según este estilo. De colores oscuros y líneas sencillas, los muebles definen toda la decoración complementada con colores ocres y cálidos. El otro material estrella es la forja negra.
Vanguardista: A menudo confundido con el moderno, ya que éste último se vale de obras de arte o mobiliario considerado vanguardista, este estilo se caracteriza fundamentalmente por los espacios armónicos y despejados, sin colores ni formas estridentes que rompan la sensación de ambiente ligero.
Retro: Como su propio nombre indica, se trata de emular la decoración que se daba en la década de los cincuenta y sesenta: papeles pintados, colores llamativos, muebles sencillos…
Zen: La armonía, equilibrio y masculinidad son sus principios. El blanco o los colores cálidos, las líneas rectas y la iluminación abundante y relajante, las maneras de llevar esos principios a la práctica.
Dentro de estos estilos, además, existen variaciones –natural, pop, art decó, Feng sui, barroco…- y especificaciones en función de los materiales y colores que se utilicen así como del origen de los elementos decorativos que se usen.
Rústico: La madera también es el material protagonista de las casas decoradas según este estilo. De colores oscuros y líneas sencillas, los muebles definen toda la decoración complementada con colores ocres y cálidos. El otro material estrella es la forja negra.
Vanguardista: A menudo confundido con el moderno, ya que éste último se vale de obras de arte o mobiliario considerado vanguardista, este estilo se caracteriza fundamentalmente por los espacios armónicos y despejados, sin colores ni formas estridentes que rompan la sensación de ambiente ligero.
Retro: Como su propio nombre indica, se trata de emular la decoración que se daba en la década de los cincuenta y sesenta: papeles pintados, colores llamativos, muebles sencillos…
Zen: La armonía, equilibrio y masculinidad son sus principios. El blanco o los colores cálidos, las líneas rectas y la iluminación abundante y relajante, las maneras de llevar esos principios a la práctica.
Dentro de estos estilos, además, existen variaciones –natural, pop, art decó, Feng sui, barroco…- y especificaciones en función de los materiales y colores que se utilicen así como del origen de los elementos decorativos que se usen.
