Estamos descontentos, o al menos, más que hace unos meses. Los signos de la crisis económica no solo merman el bolsillo de los consumidores también su confianza. Al menos esta es la conclusión que se desprende del último estudio del Instituto de Crédito Oficial, respecto a mes de julio.
Según el Índice de Confianza del Consumidor que elabora el ICO, éste has descendido 5,4 puntos hasta situarse en el 46, 3, la puntuación más baja desde que se publica este indicador. Las principales causas de que haya mermado nuestra confianza son: la situación económica y los datos de empleo, o mejor dicho, los de desempleo.
Concretamente, el número de parados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) subió en 36.492 personas en julio, el 1,5% respecto a junio, con lo que la cifra total de desempleados se situó en 2.426.916 personas, la más alta desde abril de 1998, cuando el volumen de parados llegó a los 2.442.803, informó ayer el Ministerio de Trabajo e Inmigración. El único aspecto en el que parece que mejora nuestra percepción de la situación es en nuestra economía doméstica.
Tal y como advierte el ICO esta caída de la confianza de los consumidores no sólo mide la temperatura del ambiente de crisis que sobrevuela nuestra sociedad, puede traducirse en consecuencias económicas importantes como la cercana y brusca moderación del consumo privado.
En este estudio no solo se mide la situación actual, también las expectativas de futuro que tenemos los consumidores, y en ambos casos el índice ha bajado.
Según el Índice de Confianza del Consumidor que elabora el ICO, éste has descendido 5,4 puntos hasta situarse en el 46, 3, la puntuación más baja desde que se publica este indicador. Las principales causas de que haya mermado nuestra confianza son: la situación económica y los datos de empleo, o mejor dicho, los de desempleo.
Concretamente, el número de parados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (Inem) subió en 36.492 personas en julio, el 1,5% respecto a junio, con lo que la cifra total de desempleados se situó en 2.426.916 personas, la más alta desde abril de 1998, cuando el volumen de parados llegó a los 2.442.803, informó ayer el Ministerio de Trabajo e Inmigración. El único aspecto en el que parece que mejora nuestra percepción de la situación es en nuestra economía doméstica.
Tal y como advierte el ICO esta caída de la confianza de los consumidores no sólo mide la temperatura del ambiente de crisis que sobrevuela nuestra sociedad, puede traducirse en consecuencias económicas importantes como la cercana y brusca moderación del consumo privado.
En este estudio no solo se mide la situación actual, también las expectativas de futuro que tenemos los consumidores, y en ambos casos el índice ha bajado.
