Está claro que si existía un lugar en mundo donde la convivencia cultural, el mestizaje y “la paz” se daban la mano abiertamente; este lugar era Nueva York. Desgraciadamente, desde los atentados del 11-S, de los que estos días se ha cumplido una década, esta imagen conciliadora se ha visto empañada, aunque no por ello ha dejado de ser una realidad tangible. Los habitantes del barrio chino, los de Harlem, los latinos de las inmediaciones del Museo del Barrio, los ejecutivos agresivos de Wall Street y la “high society” del Upper East Side tal vez no se junten en el mismo bar a tomar café por las tardes, pero sí conviven en armoniosa paz y con singular respeto.
Cualquier extranjero que pasee por la Gran Manzana es capaz de percibir esta realidad, aunque si este viajero quisiera profundizar algo más en este asunto y visitar algunos lugares míticos relacionados con las ideas de Paz y Libertad, lo primero que tendría que hacer es acercarse a la Sede de las Naciones Unidas. El edificio más interesante del conjunto es, sin duda, la sede de la Secretaría General, proyectada por Oscar Niemeyer y Le Corbusier en 1950, que ha pasado a la historia por se uno de los primeros rascacielos que introducía cerramientos de vidrio pensados para controlar la entrada de la luz solar. El complejo incluye la cúpula del edificio de la Asamblea General, la librería Dag Hammarskjöld y Centro de Conferencias y Visitantes; combinando las armónicas formas de niemeyer con estilo cartesiano propio de Le Corbusier.
Por otro lado, y aunque el proyecto no esté terminado, parece indispensable acercarse a la Zona Cero; donde el retrasado proyecto para crear un nuevo World Trade Center cada vez va siendo más real. Seis nuevos rascacielos se alzarán en Manhattan, siendo la “Torre de la Libertad” -proyectada por David Childs- la que se convertirá en el edificio más alto de todos los Estados Unidos. El conjunto contará con una estación de transportes, diseñada por el mismísimo Calatrava, un bosque de robles, y un monumento-memorial, creado por Michael Arad, que promete ser del todo impresionante.
Y… para culminar este día de paseo neoyorquino en conmemoración de la Paz, nada mejor que parar a tomar un refrigerio en “Peace and Love Cafe”, muy cerquita de la Zona Cero, ¡seguro que os gusta!
