A muchos de nosotros nos toca cuidar de nuestros nietos muy a menudo. Esto conlleva una serie de riesgos que los más pequeños desconocen y en muchos casos les hace actuar con cierta imprudencia.
Pero no son sólo ellos están expuestos a intoxicarse, también nosotros en multitud de situaciones de la vida cotidiana como es el consumo de productos en mal estado, la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, la inhalación de productos de limpieza, pintura, etc., la toma de medicamentos en exceso o caducados o una mala instalación del gas en el hogar.
Lo primero que debemos hacer en caso de que hayamos ingerido un producto tóxico (medicamentos, alcohol, productos de limpieza, etc.) es llamar al Instituto Nacional de Toxicología: 91 562 04 20 o al servicio de Urgencias 112 para que un médico pueda atendernos en el menor tiempo posible.
Lo ideal es que podamos aportarle toda la información posible al especialista que acuda a ayudarnos. Es decir, si creemos que la intoxicación puede deberse al consumo de comida en mal estado, cuanta más información demos de la misma, antes podrán ponernos un tratamiento. Lo mismo ocurre en el caso de medicamentos, pinturas, etc.
Es importante que no nos provoquemos el vómito ni tomemos por nuestra cuenta ninguna medicación adicional o alimento que pueda agravar la situación.
En caso de que la intoxicación sea por pinturas, gas, etc. Debemos abrir todas las ventanas con el fin de ventilar mientras llega un médico. Si el enfermo se encuentra muy mal, deberá acudir cuanto antes al hospital.
Para evitar todos estos casos, sobre todo con niños, debemos guardar los medicamentos en su envase original para no confundirlos y alejados de su alcance, las bebidas alcohólicas donde ellos no puedan cogerlas, al igual que los productos tóxicos.
Los alimentos debemos tenerlos perfectamente controlados y con su fecha de caducidad en orden para que podamos deshacernos de aquellos que veamos que están en mal estado.
Y en cuanto al gas, lo mejor es tener la casa bien ventilada, revisar sus instalaciones con frecuencia y, por supuesto, comprobar que la llave de paso esté cerrada mientras no estemos cocinando.
Todas las precauciones son pocas, y más si hay niños en casa, pero con estos consejos seguro que podemos salir airosos de una situación parecida a estas.