Clonación humana: vuelve el debate

Hace pocos días que un grupo de científicos de Oregón ha dado a conocer, a través de la Revista Cell, que han sido capaces de obtener células madre embrionarias, tras un proceso de clonación. Su trabajo ha consistido en reprogramar células procedentes de la piel humana, para que se conviertan en células madre. La peculiaridad de estas últimas es que son capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula del cuerpo humano, consiguiendo regenerar tejidos dañados y constituyendo, por tanto, una forma de terapia muy interesante para algunas enfermedades. Sin embargo, el uso de células madre de origen embrionario se ha dejado de usar con fines regenerativos, principalmente porque pueden producir efecto cancerígeno.

Este hallazgo ha traído de nuevo a debate un peliagudo asunto que, durante los últimos años, no ha estado mucho en el candelero. Desde que, en 1997, se diera a conocer la sonada clonación de la oveja Dolly, este tema había estado pasando relativamente desapercibido; aunque lo cierto es que el cine de ciencia ficción nos lo recordaba periódicamente, a través de cintas como Gattaca (1997) o La Isla (2005).

Llegados a este punto, no sólo se pone en tela de juicio la cuestión ética sobre la clonación de seres humanos, sino también la obtención y el uso de células madre embrionarias para llevarlo a cabo. La mayoría de las células madre embrionarias proceden de clínicas reproductivas y, en casi todos de los países, su uso está muy restringido; están “protegidas”, por decirlo de alguna manera. Y es que, en este sentido, tanto la ONU como el Tribunal de Justicia de la Unión Europea están de acuerdo en que es necesario salvaguardar la vida humana desde sus fases más primigenias.

Para clonar a un ser humano sería necesario reprogramar una célula madre embrionaria -que posee en su interior toda la información genética de un nuevo ser- con la de la persona de se desea clonar. Es decir, se destruiría una información genética única, para sustituirla por una ya existente.

Mientras las voces a favor parecen sonar muy alto, no hay que olvidar que la ONU se opone rotundamente a la clonación humana con fines reproductivos y que, hace cerca del un año, el Tribunal de Justicia Europeo, dictó una sentencia a través de la que impide patentar procedimientos que afecten o destruyan al embrión.

Comentarios

Deja un comentario