Cerrar el grifo

Por tanto, reducir el consumo de agua es necesario. Y más fácil de lo que parece, además. Y lo bueno no es sólo que se pueda notar en el medio ambiente (al final el compromiso ciudadano en este ámbito no puede desligarse del institucional y empresarial) sinó que se nota en la factura.
Hay muchos trucos elementales. Piensa que por un grifo abierto corren hasta 12 litros de agua por minuto. Ciérralo mientras te enjabonas, te afeitas o te lavas los dientes (usar un vaso para enjuagarse también implica ahorro). Dúchate en vez de bañarte. Incluso puedes ‘recuperar’ con un cubo el agua de la ducha hasta que llega caliente: puedes usarla para lavar ropa a mano o para ahorrarse un vaciado de cisterna del váter. Con griferías monomando y termostáticas ahorrarás aún más.

Una lavadora puede gastar hasta 90 litros cada vez que la utilizas. Un lavavajillas, alrededor de 30. Así que úsalos inteligentemente: ponlos siempre a carga completa (los programas de media carga gastan más de la mitad). Si te duchas a diario y vas siempre hecho un ‘pincel’, ¿has pensado que puedes ponerte mañana alguna de las prendas de hoy?

Utiliza cuencos para lavar la fruta, la verdura, los platos, los cacharros… Si tienes un fregadero de dos cubetas, usa una para enjabonar y otra para aclarar. Para beber agua fría, no dejes correr el grifo (ya sabes: ‘suelta’ 12 litros de agua por minuto): acostúmbrate a poner una jarra o una botella de agua en la nevera.
Si la cisterna de tu cuarto de baño no es de doble descarga, que no te entre sentimiento de culpa. Puedes introducir dentro una o varias botellas de plástico llenas: cada vez que tires de la cadena gastarás varios litros menos. Para evitar la mala costumbre de utilizar el inodoro como cubo de basura, pon una papelera en el cuarto de baño.

Coloca atomizadores en los grifos: son unas pequeñas piezas que ‘mezclan’ el agua con aire y crean la sensación de mayor chorro con menor cantidad de líquido. Los encontrarás en cualquier ferretería o tienda de bricolaje. Son artículos muy baratos y no hace falta ser ingeniero para su instalación: basta con desenroscar la boca del grifo, introducirlos y volver a enroscar

Si todavía quieres extremar más el control, puedes hasta cerrar levemente la llave de paso de agua a tu vivienda. Al disminuir el caudal, conseguirás que salgan menos litros del grifo por minuto. Un gesto tan pequeño se convierte en una medida muy útil para economizar tan preciado líquido. Tú apenas notarás la diferencia cada vez que abras los grifos; pero tu bolsillo sí que lo apreciará.

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