Artistas de la madera

La irrupción asiática, tanto de mueble exótico y colonial como serial y de bajo coste, la ascensión irresistible de los exportadores brasileños, las grandes cadenas internacionales encabezadas por el gigante sueco Ikea o sus equivalentes españoles han supuesto una dura prueba  para los  pequeños fabricantes autóctonos que conciben su oficio como una artesanía arraigada a los usos y modelos de la tradición. El precio y la facilidad de adquisición pesan mucho más en la balanza que el valor añadido que siempre conlleva un mueble de esas características.


 


Sin embargo, todavía hay compradores que aprecian en su justa medida la posibilidad de vestir su casa con verdaderas piezas que ebanistería, trabajadas a mano y supervisadas una a una; con garantía de duración y exquisita atención postventa. Con distintos estilos y enfoques, el mueble canario, el valenciano o el balear se encuentran entre aquellos que mejor han conservado unas características distintivas y que han gozado de prestigio allende de las propias fronteras locales. Y en algunos casos, que han servido de base para el desarrollo de propuestas más contemporáneas y actualizadas.


 


En Canarias, los muebles tallados de las casas terreras y las virguerías de marquetería son un tesoro etnográfico que en nuestros días ha llegado a revalorizar las propiedades o hacerlas óptimas para el establecimiento de hoteles rurales. Una excelente muestra de este legado lo encontramos en el Museo Virtual del Mueble Tradicional de Gran Canaria, en el que se recogen piezas de gran belleza y se expone el repertorio de técnicas y mañas que han servido al oficio. Industrialmente, en cambio, se trata de un sector en retroceso y que apenas ahora se está tratando de promover.


 


Mayor vigor comercial, si bien con los ya mencionados problemas de competencia, conserva la carpintería mallorquina. Su “gremi de fusters” que puede vanagloriarse de cinco siglos de antigüedad, todavía hace posible proveerse tanto de recreaciones de las fastuosas obras que se realizaban en el siglo XVII con Caoba cubana como de diseños que incorporan ideas más vanguardistas. El interesado puede darse por esa capital del mueble que es Manacor y dejarse seducir por los muchos talleres que pueblan sus calles hasta dar con alguno a su medida. Y si se prefiere ir sobre seguro, la web de la asociación de fabricantes autonómicos nos detalla todos los comercios y actividades relacionadas con el sector.


 


Por su parte, el sector del mueble valenciano ha sido uno de los más dinámicos de Europa y que más se ha esforzado en dar una respuesta moderna a la demanda. El mueble clásico ha bajado en todos los mercados y por ello no es extraño que más de una empresa de toda la vida haya dado el salto al diseño más actual. Con todo y con ello, muchos otros perseveran en los rasgos que han hecho célebres y han asegurado durante décadas una buena exportación de su producto. En la página de “mobles de València” puede encontrarse suficiente información de fabricantes y tiendas como para satisfacer cualquier demanda.


Son solo tres importantes polos de un trabajo que atesora saberes muy ancianos y que, por suerte, empieza a ser valorado como merece.


 

Comentarios

Deja un comentario