Algunos de los síntomas del Alzheimer pueden confundirse con la propia vejez, por eso es bueno conocerlos para poder detectar la enfermedad a tiempo, valorarla, diagnosticarla y aplicar un tratamiento si fuera necesario.
El Alzheimer es una enfermedad que afecta sólo en España a más de un millón de personas. Detectarlo a tiempo es la mejor manera de hacerle frente.
Olvidarnos de algo en un momento puntual no tiene porqué convertirse en una tragedia. A todo el mundo le ocurre que no se acuerda del nombre de alguien, que nos olvidamos las llaves de casa un día por las prisas, que la televisión se queda encendida cuando vamos a la compra o que se nos olvida comprar el pan justo cuando vienen a casa nuestros nietos, pero se trata de olvidos puntuales, debido al estrés, a que no estamos prestando demasiada atención a lo que hacemos o a que tenemos demasiadas cosas en la cabeza, el problema comienza cuando esos descuidos empiezan a convertirse en un hábito y nuestra memoria falla en cosas más importantes.
Por este motivo, la Alzheimer´s Association advierte de los principales síntomas de esta enfermedad y otras demencias para podamos detectarlas a tiempo:
- Pérdida de memoria en cosas cotidianas: olvidarnos un día de algo no es tan importante como si esa acción se repite, sobre todo si se trata de cosas que están en nuestro día a día y que siempre se han hecho con cierta rutina. Por ejemplo, si nos olvidamos de una receta de cocina que hemos elaborado cientos de veces. No es lo mismo olvidar un paso o un ingrediente, que no recordar cómo preparar un plato. Lo mismo ocurre con las fechas importantes, muchas veces nos olvidamos de un cumpleaños o un aniversario porque hemos estado entretenidos con otras actividades, sin embargo, si siempre hemos tenido buena memoria para esto, no es normal que nos olvidemos de todos.
- Desorientación: no saber qué día es o cómo volver a casa haciendo un recorrido que hasta ahora era el habitual es un problema. Obviamente, no debemos confundirlo con un simple despiste. A veces, estamos en un sitio que conocemos, pero salimos por otra puerta o cambian algo en la calle y eso nos despista, el problema está cuando no sabemos dónde estamos ni qué hacer en un lugar familiar para nosotros.
- Dificultad para resolver problemas habituales o tomar decisiones: quedarnos bloqueados cuando nos ocurre algo que antes resolvíamos con cierta naturalidad o cambiar de opinión de forma extraña e incoherente.
- Problemas de visión u olfato: no es tanto un problema de visión en sí mismo, como no reconocer imágenes visuales, tener dificultades para leer o identificar colores y olores, etc.
- Dificultades a la hora de seguir una conversación: repetir frases constantemente, tener problemas en el habla o para elaborar frases, etc.
- Perder cosas o no encontrarlas: no es tanto que un día nos olvidemos las llaves en casa como que eso se convierta en una rutina o lo que es peor aún que hagamos cosas raras, como colocar las cosas en lugares que no corresponde, etc.
- Cambios de humor que no vienen a cuento, enfados, miedo, ansiedad.
- Descuidar la higiene personal.
Si notamos que alguno de nuestros seres queridos tiene estos síntomas o incluso que nos pasa a nosotros mismos (aunque en primera persona es más difícil que lo identifiquemos) es importante que acudamos cuanto antes a un especialista para que pueda ayudarnos y decirnos las pautas que debemos seguir. Por desgracia, en la actualidad uno de cada cuatro enfermos de Alzheimer no está correctamente diagnosticado.
