Abuelos y nietos: una gran alianza para ambas partes

Pasar tiempo juntos y realizar actividades en compañía es algo doblemente beneficioso. Y lo bueno es que nos sobran las ideas. Es habitual decir que el salto generacional que hay entre abuelos y nietos puede alejarnos por los referentes culturales y vitales tan distintos que tenemos, pero también acercarnos, dado que se atenúan los roces y conflictos que siempre existen entre generaciones sucesivas.

Además, esa cercanía es gratificante para ambas partes. A los niños les abren las puertas a un pasado del que sólo tienen indicios, se les introduce en su propia historia familiar y se les permite conocer una perspectiva del mundo que muy difícilmente podrían obtener de otra manera. En una palabra, se contribuye a su formación.

Para los abuelos también significa un gran estímulo, un modo de hacer renacer el interés en todo lo nuevo que los pequeños van descubriendo y una satisfacción emocional de primer orden al transmitir su experiencia a quien suele escucharles con arrobo.

Lo cierto es que hay muchas actividades que pueden hacerse conjuntamente y resultar igual de satisfactorias para unos que para otros. Esta es sólo una lista de sugerencias para quienes estén faltos en ideas:

  1. Visitar museos: en muchos de ellos, por ejemplo en los de historia o etnografía, hay objetos que formaron parte de la vida cotidiana de los mayores, pero que cobran vida cuando explicamos a los más pequeños para qué servían o el papel que jugaron para nosotros. Una espléndida manera de ampliar sus horizontes e interesarles por el misterio del pasado.
  2. Juegos antiguos: algunas formas de entretenimiento han ido difuminándose, pero redescubrirlas significará para los niños un hallazgo de valor incalculable. Más en una época de diversión digital y alienada, en las que el contacto e interacción con otras personas se ha hecho más raro y valioso.
  3. Tecnología: eso no significa rechazar todo lo que proviene de esta era de Internet. Los niños pueden ser una excelente ayuda para que los mayores aprendamos a manejarnos mejor en entornos  digitales y descubramos muchos recursos que pueden hacer nuestra vida más agradable, a la vez que ellos sienten que nos aportan algo valioso.
  4. Leer: a todos los niños les encantan los relatos y cuentos y nada mejor que cuando los lee la voz de un abuelo. Es casi una imagen arquetípica, la de los nietos que escuchan historias, pero además es una que contribuye a promover en ellos el hábito de la lectura, que tantos servicios le prestará en todos los ámbitos de la vida.
  5. Aficiones: la experiencia dice que los nietos siempre están ávidos de participar en cosas de mayores y que son un medio de sociabilización fundamental.  Contar con estos pequeños compañeros para hacer todo lo que nos guste es una baza ganadora. De cocinar a modelar barcos, de ir a pescar a aprender a hacer punto, son muchos los campos en los que se sentirán realizados.
  6. Trasmitir su cultura: de viejas canciones a palabras y dichos en desuso, de historias a recetas, no hemos de inhibirnos a la hora de ofrecerles un contexto y raíces: ese legado es suyo y el día de mañana lamentarían no haberlo recibido.

Foto: Shutterstock

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