Es por todos sabido que, las fiestas populares, suelen ser celebraciones de lo más curiosas. En nuestro país, las rarezas son casi innumerables: corremos delante de toros, nos lanzamos tomates, quemamos figuras gigantes, nos disfrazamos de moros y hasta tiramos cabras desde lo alto de torres… Pero no somos el único país con extrañas costumbres, en Inglaterra, en el interior del verde condado de Gloucestershire, es costumbre celebrar la llegada del buen tiempo arrojando un queso desde lo alto de una colina.
Esta práctica, que a priori podría parecer inofensiva, es sin embargo bastante peligrosa. Tras el lanzamiento del lácteo, decenas de hombres se lanzan a rodar colina abajo con una única intención: ser los segundos, después del queso, en cruzar la línea de meta que se encuentra en el valle. Teniendo en cuenta la inclinación de la colina y el cuantioso número de participantes, todos los años la singular carrera termina con un importante número de heridos. Y todo por un queso; el “queso rodante”, para ser más exactos, que es el único premio que recibe el ganador del peligroso torneo.
Sin duda, asistir al “Cooper’s Hill Cheese-Rolling and Wake” es de lo más curioso y, aunque en muchos pueblos del condado, el último lunes de mayo, se celebra esta suerte de carrera láctea, la más representativa tiene lugar en la Colina de Cooper, donde todos los años se prepara un importante dispositivo de seguridad para atender a posibles heridos y para frenar a los participantes en su frenético descenso.
Quienes quieran asistir al festival habrán de tener en cuenta que esta edición ha cambiado su fecha tradicional y se celebrará el lunes 4 de junio. Vale la pena planear un viaje en esas fechas, de temperaturas mucho más suaves, y además de degustar un buen queso y disfrutar con las locuras de este festival, aprovechar para conocer las verdes praderas del condado y la sólida arquitectura de sus iglesias románicas.
Sus principales atracciones turístico-culturales son las catedrales de Bristol y Gloucester, el Castillo de Berkeley, el Bosque de Dean, la Abadía de Hailes, el castillo de Sudeley o la abadía de Tewkesbury.
