El progresivo envejecimiento de la sociedad, sobre todo occidental, nos llevará en un futuro a una falta de mano de obra que pueda sostenerla. Los seniors nos hacemos cada vez más imprescindibles en el mundo laboral. De hecho, la tasa de ocupación laboral de los trabajadores de 55 a 65 años ha aumentado en 5 puntos en los últimos años, al menos en la capital, según se desprende del estudio El trabajo más allá de los 50, presentado hace unos días, y que ha sido promovido por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) en colaboración con la Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid.
Asimismo, en el conjunto de toda la geografía española este crecimiento ha sido de 2´5 puntos, debido, en gran parte a las mujeres trabajadoras mayores de 50. Por tanto, el paro entre los mayores ha descendido, en el caso de Madrid en 7 puntos y en de España 5.
Como ya resaltó el director técnico del proyecto, Alberto Fernández Caveda, la prioridad de los países avanzados debe ser la prolongación de la vida laboral. Por este motivo, en el estudio se proponen una serie de medidas para favorecer el empleo de los mayores de 50 años. Entre las propuestas para se encuentra una reforma del marco normativo en lo que concierne a la jubilación en sus diferentes vertientes, anticipada y parcial.
Además, se recomienda la formación de adultos y la creación de unos servicios de oferta y demanda de empleo adaptado a los seniors para su colocación o reinserción en la vida laboral; así como programas para el aprovechamiento de la experiencia acumulada de aquellas personas que quieran seguir trabajando, incluso más allá de los 65 años.
Se trata de buenas noticias para nosotros, los seniors, sin embargo, como también señala este estudio, esto no debería ser más que el principio de un conjunto de medidas que tienen que tomar los gobiernos de las autonomías y del Estado, pero, sobre todo, de una actitud que tiene que partir de nosotros mismos.
