Durante los últimos meses Google, que recientemente se ha hecho con el buscador de vídeos más famoso de la Red, YouTube, se ha enfrentado a presiones de diversos gigantes audiovisuales como Viacom (dueña de la popular cadena MTV), o Disney, entre otras, que pedían que se retiraran todos los vídeos con contenidos suyos, al no respetarse los derechos de autor. Por este motivo, se ha lanzado a crear los canales de pago.
El primero en sumarse a la iniciativa ha sido el Chelsea –equipo de la Premier League inglesa- que anunció hace unos días que abrirá su propio canal en YouTube. De este modo, ahora, podrá controlar sus propios vídeos, su difusión e incluso distinguir los que son piratas a través de un sistema para poder protegerse. Cualquier empresa que no pague cuota, no. Así, el equipo de fútbol que dirige el archimillonario Roman Abramovich tendrá una plataforma para difundir su imagen con una audiencia potencial más grande de la que tiene cualquier canal de televisión.
Para disfrutar de esta audiencia el Chelsea ha pagado su cuota. Sus derechos, en virtud del acuerdo, quedan así protegidos, aunque no emitirá partidos de fútbol en directo. Pero sí resúmenes con las mejores jugadas, entrevistas con los jugadores, reportajes del club, entrenamientos…
Por su parte, el portal MySpace ha querido desmarcarse anunciando que ofrecerá su propia versión de este sistema antipiratería, pero que, a diferencia de YouTube-Google, lo ofrecerá de forma totalmente gratuita, sin necesidad de acuerdos previos. Así que, cuando pensábamos que lo habíamos visto todo en cuestión de batallas audiovisuales, queda aún una nueva guerra que se prevé intensa: los derechos audiovisuales en la Red.