Vida artificial

La noticia saltaba este fin de semana. Craig Venter, científico implicado en descifrar el código genético humano, comunicaba que los avances en sus investigaciones, en las que ha logrado crear un cromosoma sintético a partir de elementos químicos en su laboratorio, auguraban que en unos años sería posible la primera forma de vida artificial. Poco después un portavoz del centro de investigación de Venter desmentía que estuvieran trabajando en el nacimiento de vida sintética y que, en unos meses, se publicará un documento científico en el que se explique el resultado de sus investigaciones.

Por ahora, ya han conseguido crear do un cromosoma sintético a partir de sustancias químicas fabricadas en el laboratorio, con la información básica del código genético necesario para que se pueda dar la vida. Realmente, la nueva forma de vida dependerá de su capacidad de replicarse por sí misma y metabolizar en la maquinaria molecular de la célula en la que haya sido inyectada, por tanto, lo artificial es el ADN que se inyecta, por otra parte, base de la vida.

No obstante, este anuncio ya ha abierto un debate ético en torno a la posibilidad de crear nuevas especies, y, como dijo el propio Venter, “facilitar la hipotética capacidad de hacer cosas jamás imaginadas hasta el momento”.

Por un lado se valora como un gran avance científico que permitiría la elaboración de fármacos para la cura de algunas de las enfermedades más graves y extendidas de la modernidad, así como para dar pasos que permitan frenar el calentamiento global creando fuentes de energía alternativas. Para otros, podría convertirse en una peligrosa amenaza para la Humanidad.

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