Vargas Llosa, un galardón a la memoria

“Creo que todas las historias que he escrito han nacido siempre como fruto de alguna vivencia que ha quedado en la memoria y que se convierte en una imagen muy fértil para fantasear algo alrededor de ella”.

De este modo, describía -en una entrevista realizada en el año 2003- el nuevo Premio Nobel de Literatura el proceso creativo del que parten novelas, magníficas obras de relato ágil y realista que se forman a partir de los recuerdos de este excepcional autor peruano-español. Casi parece una obviedad para quienes han leído su obra, donde a menudo nos encontramos con personajes que retratan a la perfección la situación político-social de América Latina; así como conflictos propios de nuestro tiempo, relacionados con cuestiones morales, raciales, sexuales y políticas.

Sin embargo, el literato, al descubrirse como ganador de tan significativo premio, no ha querido aludir a sus capacidades en el manejo de la pluma; sino que ha declarado que el Nobel «premia a la maravillosa lengua española en la que escribo, una lengua que une a gentes de países distintos y una de las más dinámicas y creativas del mundo moderno». El de ayer fue, por tanto, todo un homenaje para nuestro idioma pero, al margen de la modestia de Don Mario, sobre todo fue el triunfo de una de las carreras literarias más brillantes del siglo XX. Tampoco hay que olvidar que se trata de un gran reconocimiento para las letras hispanoamericanas que en las últimas décadas están siendo muy tenidas en cuenta, tras años muchos años siendo ignoradas.

Podríamos recomendar hoy muchos de los trabajos de Vargas Llosa pero, como hemos empezado aludiendo a la importancia que el recuerdo y la memoria tienen en sus obras, os invitamos a leer “La ciudad y los perros”, una de sus más celebradas novelas, en la que el literato vuelve la vista atrás para mostrarnos la vida en un colegio militar, como aquel en el que estudió en su infancia. Tensión, violencia, aspiraciones truncadas y clichés se analizan en esta novela; donde destacan los monólogos interiores y el lenguaje propio del gremio y el estatus de los distintos personajes, quienes se plantean importantes cuestiones morales acerca de temas como la responsabilidad o el heroísmo.

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