En estas últimas semanas las letras españolas han tenido como protagonistas a unos veteranos, unos senior de tomo y lomo: Nicanor Parra (97 años), José Luis Sampedro (94 años) y Eduard Punset (75 años). Y es que sus obras van más allá del puro valor literario. Son auténticos sabios, hasta eruditos se podría decir en un alarde de veneración, de un calibre que sólo su humanidad les supera. Acopiadores de conocimientos, de los de sus especialidades profesionales y de la vida, del mundo que les rodea.
Nicanor Parra: Chileno, físico y matemático de profesión, su prestigio en el mundo de las letras, especialmente con su obra poética (que él autodenomina ‘antipoesía’ al introducir el lenguaje cotidiano en la poesía tradicional), le ha llevado a ser el Premio Cervantes de este 2011 cuando ronda la centuria, aún en compañía de los versos, como reconocimiento de la talentosa creatividad de un hombre prolífico, audaz, culto y ciudadano del mundo.
José Luis Sampedro: Hace unos días se le ha otorgado el Premio Nacional de las Letras. Indignado declarado en los últimos tiempos y por tanto inconformista con lo que ahora le rodea, este nonagenario se ha convertido en uno de los principales altavoces del desencanto de los jóvenes españoles. Economista, profesor universitario, escritor de obras narrativas y teatrales, miembro de la RAE, senador, y sobre todo, humanista, tal vez como resultado de su calidad de testigo de la Historia de España más reciente y dura que le ha llevado a que en el final de la vidasu máxima sea la de que “tenemos el deber de vivir la vida”. En este mismo 2011 ha recibido también la Orden de las Artes y las Letras de España, pero ni estos ni el resto de los galardones con los que se le reconocido su polifacético trabajo han logrado hacerle sentirse maestro. Muy al contrario, se define como un aprendiz de sí mismo. Reflejo de ese espíritu social es su concepción de una economía solidaria, más humana, respetuosa con el medio ambiente y que contribuya a la dignidad de los pueblos y en la que los conceptos de productividad, competitividad e innovación sean sustituidos por los de repartición, cooperación y recreación.
Eduardo Punset Casals: Es abogado, economista y comunicador científico en diferentes medios de comunicación, además de haber ocupado distintos cargos políticos y técnicos. Su polifacética formación tal vez sea la explicación de uno de sus proyectos más populares, su programa Redes, expresión de su concepto de que la fusión del conocimiento (y no la especialización) es algo inevitable. Un trabajo con el que trata de alcanzar la comprensión pública de la ciencia, interés nacido de la constatación de la irrupción de la ciencia y la tecnología en la cultura popular. Acaba de publicar “Viaje al optimismo. Las claves del futuro”, un libro en el que, como explica el propio Punset en su web, se “desmiente que la crisis sea planetaria, proclama la obligada redistribución del trabajo mientras la esperanza de vida aumenta dos años y medio cada década, y recuerda que ya no es posible vivir sin las redes sociales”.
Para los que piensen que la afirmación de Punset es ‘simplemente’ producto de una actitud vital, hay que señalar que el texto recoge toda una serie de argumentos científicos con los que llegan a concluir que hay razones para ser optimista con respecto al futuro e incluso con el presente, al que considerar que no es cierto que, a pesar de la actual crisis, las cosas estén cada vez peor. Reconoce la crisis, pero no que esta sea planetaria, sino que se concreta en determinados países, y aboga por que cada individuo controle su propia vida para alcanzar la felicidad, además de cuidar las relaciones personales.
